.— Elaborar Roscas de Reyes ha salvado de la miseria, de las adicciones y de una muerte segura a 35 jóvenes en este municipio de Tamaulipas.

Cada año, los integrantes del Centro de Rehabilitación Grupo Despertar se convierten en Reyes Magos y llevan a los hogares de esta frontera una de las más dulces tradiciones de México.

Todos ellos decidieron dejar las drogas y el alcohol para comenzar una terapia ocupacional que, sin saberlo, los ayudaría a reincorporarse a la sociedad.

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Foto: Yazmín Rodríguez | El Universal
Foto: Yazmín Rodríguez | El Universal

Muerto en vida

Eduardo Aparicio Vásquez entró al mundo de las drogas a los 16 años, cuando su familia se desmoronaba por problemas económicos.

A su corta edad, encontró en la marihuana un refugio que lo hacía olvidarse del mundo, sin pensar que con el paso del tiempo perdería lo más preciado que tenía: su vida.

“Soy de la Ciudad de México, como muchos jóvenes inicié probando marihuana, me salí de mi casa y vivía en la calle. A veces comía, a veces me bañaba, pero siempre estaba intoxicado”, cuenta.

Eduardo probó las drogas como un juego con algunos amigos y al poco tiempo había tocado fondo.

“Después de la marihuana seguí con el alcohol, luego solventes y al final, con piedra, llegué a un fondo muy doloroso y cuando ya no podía más, le pedí ayuda a mi mamá y ella me llevó a un centro [de rehabilitación] en la Ciudad de México”.

Tenía 25 años cuando decidió que esa no era la vida que deseaba tener, por lo que agradece haber encontrado un centro donde le brindaron ayuda y le enseñaron que el oficio de panadero podría beneficiarlo.

“Es difícil salir de las adicciones porque estás acostumbrado a hacer lo que quieres y tu organismo está acostumbrado a recibir esas drogas. Tengo nueve años limpio, llegué a ver amigos morir, por eso agradezco a Dios que estoy vivo”.

Ahora, a sus 34 años, es secretario general del Centro de Rehabilitación Grupo Despertar en Reynosa.

Cada año, los integrantes del Centro de Rehabilitación Grupo Despertar elaboran cientos de Roscas de Reyes para venderlas y así ayudar a más jóvenes en recuperación. Foto: Sandra Tovar | El Universal
Cada año, los integrantes del Centro de Rehabilitación Grupo Despertar elaboran cientos de Roscas de Reyes para venderlas y así ayudar a más jóvenes en recuperación. Foto: Sandra Tovar | El Universal

Dulce regeneración

Eduardo asegura que en Reynosa las drogas que más se consumen son la marihuana y piedra, aunque también atienden casos de personas que se intoxican con crystal.

“Nos llegan jóvenes de Monterrey, San Luis, Ciudad de México y León, Guanajuato, ellos consumían crystal y al llegar aquí siguen usándola [la droga] e incitando a otros muchachos a probarla”.

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La terapia implementada por el centro ha tenido éxito, asegura el joven, ya que al menos 80% de los que ingresan logran regenerarse.

“Con el taller de repostería se les enseña a tener herramientas para reintegrarse a la sociedad de una manera productiva. Tienen un proceso de rehabilitación de tres meses, se les da alojamiento, sus tres comidas; contamos con buenas instalaciones, no se les maltrata, seguimos el programa de los 12 pasos igual que en Alcohólicos Anónimos”.

Este año, los panaderos pretenden elaborar, a partir del 2 de enero, mil 500 roscas.

“El año pasado hicimos mil 200 roscas, pero ha incrementado el consumo de drogas y alcohol, por eso llegan más jóvenes y necesitamos vender más para seguir ayudándolos”, finaliza.

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