Chilpancingo.- Desde marzo, los 50 trabajadores — médicos, enfermeras, químicos y choferes— del área de Epidemiología de la Secretaría de Salud , han tomado miles de muestras para detectar Covid-19.
Han recorrido los 13 municipios que integran la Jurisdicción 03 haciendo pruebas en hospitales, centros de salud, en domicilios donde han hallado pacientes con oxígeno, incluso han tomado muestras a personas que murieron en sus casas con toda la sintomatología que provoca el coronavirus.
Este martes, desde las 7 de la mañana, los 50 trabajadores bloquearon la avenida Vicente Guerrero, en el centro de Chilpancingo, para exigir que los consideren como personal de primera línea de atención en esta pandemia y les apliquen la vacuna contra Covid-19.
Además, que les paguen los viáticos que les adeudan desde marzo, cuando comenzaron la brigada para detectar contagios.
En marzo, cuando en Guerrero comenzó la pandemia por Covid-19, estos 50 trabajadores se distribuyeron en equipos de tres, un médico, enfermera o químico y el chofer, por los 13 municipios que integran la Jurisdicción 03 para aplicar pruebas para detectar contagios.
En esta brigada, los trabajadores han tomado pruebas en hospitales, centros de salud, en el Palacio de Gobierno, en Casa Guerrero, en el Congreso, en la normal de Ayotzinapa, en domicilios particulares e, incluso, a personas ya muertas.
Pero, también, los han enviado a tomar pruebas a domicilios de los “recomendados” de sus superiores.
En un día, calculan, la brigada han tomado hasta 250 muestras.
"Una vez en el Palacio de Gobierno hicimos unas 134 tomas, pero eso no lo dicen, no quieren que se sepa", explica una de los trabajadores.
En todos los casos, han estado en riesgo, pues la toma de muestras sólo se le aplica a personas que presentan por lo menos tres de los síntomas que provoca el Covid-19.
Han tomado pruebas, donde los síntomas son demasiado evidentes, como cuando llegan a domicilios donde los pacientes están con oxígeno por las complicaciones respiratorias que provoca el virus.
Han tomado pruebas en escenarios aún más riesgosos: cuando el paciente ya está muerto. Un equipo de esta área, por ejemplo, tomó la prueba a don Silvestre, un jornalero que murió dentro de autobús cuando regresaba de Sinaloa a su casa en Tixtla.
La prueba confirmó que don Silvestre murió de Covid-19.
Una vez, contaron los trabajadores, los mandaron a tomarle muestra a una persona que murió en el estacionamiento del hospital general de Chilpancingo porque no alcanzó a ser ingresado. La prueba confirmó los síntomas: Covid-19.
Otra vez, los enviaron a un domicilio a Chilapa, ahí hallaron el cadáver ya dentro de bolsas de plástico, los familiares lo envolvieron porque presentó todos los síntomas del virus. La prueba fue positiva a Covid-19.
En la brigada, se han infectado 15 trabajadores y estos han llevado el virus a sus casas.
El último caso ocurrió el viernes, cuando murió la madre de uno de los choferes.
El chofer se infectó en la brigada y todo parece indicar fue él quien contagió a su madre.
Esta es la misma brigada que se encarga en Chilpancingo, de instalar los módulos de toma de pruebas para detectar el virus: recogen las muestras, las envían al laboratorio, desinfectan los utensilios y, manipulan los residuos que se generan.
No están en los hospitales pero, dicen, sí en la primera línea de atención de la pandemia.
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