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El pasado fin de semana, tonos naranjas y azules bordearon el cielo en el atardecer, mientras los quelonios llegaban para dejar sus huevos. El peligro del saqueo acecha cotidianamente, lo que ha obligado a utilizar drones para vigilar el área.
La playa de La Escobilla se localiza a 242 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, por la carretera federal número 200, a la altura del kilómetro 181 de la vía Puerto Escondido-Pochutla; es ahí donde sucede una de las maravillas de la naturaleza que es perceptible para los seres humanos.
Érika Peralta Buendía, encargada del santuario La Escobilla, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dependiente del Centro Mexicano de la Tortuga (CMT), mencionó que en esta ocasión la arribazón inició el viernes 11 de agosto, día en el que se contabilizaron 97 mil 555 tortugas; este mes, la presencia de los ejemplares duró cinco días.
Fue la primera llegada grande de la temporada, pero en septiembre u octubre podría registrarse otra de mayores dimensiones, en la que hasta 350 mil tortugas podrían hacer nido. En enero finalizará la llegada de estos animales.
El santuario. En México sólo hay tres playas a donde llegan las tortugas golfinas: Morro Ayuta y La Escobilla, en Oaxaca, e Ixtapilla, en Michoacán. La Escobilla, particularmente, ha registrado arribos de tortugas desde hace 70 años y ha continuado de forma regular.
Por el número de ejemplares que realizan desove en el lugar, la playa se considera el mayor santuario de tortugas golfinas en México.
“La importancia de la playa radica también en que es productiva para la proliferación de la especie”, explicó Peralta Buendía.
La llegada de tortugas a territorio estatal se ha visto amenazado constantemente por los saqueadores furtivos de los nidos.
Aunque elementos de la Marina, Conamp y voluntarios custodian las playas se registran casos de saqueo. La especie se encuentra en Peligro de Extinción, de acuerdo con la norma NOM-059-SEMARNAT-2010.
Rastreo con drones. Fue en 2015, en la playa Morro Ayuta, en San Pedro Huamelula, cuando la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Marina (Semar) pusieron a prueba la tecnología para rastrear a los ladrones de nidos.
En La Escobilla el modo de operación es distinto, voluntarios y uniformados peinan a pie y en cuatrimoto el terreno para evitar la explotación de los nidos que fueron cubiertos durante la jornada de arribo.
“La tortuga golfina es una especie que está catalogada como en recuperación. Afortunadamente, desde 1990, año en que se dio la veda, la población ha ido en aumento año con año, con algunas excepciones que registran menores cifras con respecto a años anteriores”, dijo la encargada del santuario y representante de la Conanp.
Anualmente, en La Escobilla se registran en promedio un millón de anidadas; la cifra se ha convertido en una meta para constatar, año con año, que la población de quelonios está fluctuando de un modo estable. Desde hace más o menos una década la cifra se ha mantenido.
En 2016, la playa registró entre 850 mil y 900 mil tortugas que llegaron a anidar; para esta temporada se espera una cifra más significativa.
Este año, el periodo inició a tiempo, desde hace varios años la temporada inicia en el mes de mayo; en este mes se registró la llegada de 13 mil tortugas.
Veda y vandalismo. Para garantizar la reproducción de las especies de tortuga y reducir el riesgo de extinción, el 31 de mayo de 1990 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto de veda permanente para la pesquería en aguas nacionales.
El Código Penal Federal estipula que “el consumo y venta de carne y huevos de tortuga es ilegal”, en caso de incumplimiento se establece una sanción de hasta nueve años de prisión y multas.
El 25 de junio, la Profepa y la Semar recuperaron un millar de huevos de tortuga en playa La Escobilla.
El pasado 10 de agosto, elementos de la Policía Federal aseguraron más de 2 mil 200 huevos de tortuga parlama, en Bahías de Huatulco, mientras realizaban tareas de vigilancia en la carretera Pinotepa Nacional-Salina Cruz.
Los huevos robados por las personas se venden en la Costa y el Istmo de Tehuantepec por un precio de hasta 50 pesos por docena, mientras que una tortuga de entre cinco y nueve años tarda más de dos horas y media en cavar los nidos, y nada por varios días para llegar a la costa y encontrar un lugar dónde guardar los huevos. Una tortuga en edad promedio es capaz de desovar por periodos de cada dos o tres años.
La anidación. Una vez que la tortuga emerge del mar, si no hay ninguna perturbación, se dirigirá en línea recta hacia la parte alta de la playa. De alguna manera, las hembras perciben el lugar apropiado para construir el nido guiándose por la consistencia de la arena, la humedad, la temperatura y quizá el olor del sitio para escogerlo.
De acuerdo con datos de la Conanp, un ejemplar llega a depositar hasta 100 huevos por cada nido; en La Escobilla se contabiliza, en promedio, 150 mil huevos por arribada, lo que se traduce en 15 millones de huevos al año.
Aunque la arribada de tortugas se registra principalmente en La Escobilla y Morro Ayuta, playas aledañas también reportan la llegada de ejemplares; en estos casos los nidos se resguardan en redes hasta que llega el momento de la eclosión.
La espera para que los huevos “revienten” es de aproximadamente 45 días. Antes de eso, deben sobrevivir a la llegada de los depredadores naturales y de otras tortugas que realizan su anidación sobre los huecos ya hechos por otras tortugas anteriormente; las que llegan después sacan los huevos que estaban depositados.
Del total de los huevos que tocan la arena de la playa, sólo 12%, aproximadamente, consigue eclosionar y ver la luz del sol.
A las dificultades que enfrentan los huevos para llegar a convertirse en tortugas, más allá de los depredadores naturales, se suma la mano del hombre. Un ejemplo son las visitas turísticas sin guías autorizados, las que influyen en el mal estado de algunos nidos, puesto que al pasar por las zonas de desove, pueden dañar los huevos.
Otro factor importante es la temporada del año en que los huevos sean depositados; los meses de noviembre y diciembre, por el clima frío, son más propicios para anidadas exitosas, pues en esa época sobreviven hasta 60%. Se estima que se han liberado más de 150 millones de crías de tortuga golfina en los últimos 25 años.