.— Riqueza histórica relacionada con el general Emiliano Zapata, escenarios naturales, parques acuáticos, cañaverales, el tamal de bagre y otros lugares emblemáticos de Tlaltizapán fue lo que las autoridades mostraron para lograr la distinción de Pueblo Mágico, el pasado 26 de junio.

El presidente municipal Gabriel Moreno Bruno reconoció que en este momento Tlaltizapán no tiene las mejores condiciones en infraestructura; sin embargo, consideró que el objetivo principal ya fue obtenido y ahora redoblarán esfuerzos para reforzar el sector turístico, los monumentos históricos, los caminos y la seguridad pública, para garantizar la tranquilidad y el disfrute de los visitantes.

“Trabajaré fuerte con el sector y pondremos más atención porque estamos seguros de que Tlaltizapán será visitado por miles de turistas nacionales y extranjeros, puesto que el zapatismo es ícono mundial”, dijo Moreno.

En este lugar de Morelos todo evoca al general Zapata. Sus calles, casas, exhaciendas, mausoleos y el exconvento de San Miguel Arcángel guardan huellas de la estadía del jefe revolucionario.

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Aquí también se conserva el inmueble que ocupó como cuartel general de 1914 a 1918, antes molino de arroz, de acuerdo con Eloy Eligio Luna Martínez, encargado del Museo de la Revolución del Sur. El cuartel es ahora museo único en el mundo, porque custodia los calzones y el pantalón que vestía Zapata el día que lo asesinaron, el 10 de abril de 1919, en Chinameca, municipio de Ayala.

A unos pasos se encuentra el mausoleo que ordenó construir en 1914 para sepultar su cuerpo junto con sus generales caídos en batalla; sin embargo, su voluntad no se cumplió porque sus restos descansan en el municipio de Cuautla.

En la comunidad de Ticumán se encuentran las ruinas de una hacienda que fue finca de campo del pueblo. Foto: Justino Miranda
En la comunidad de Ticumán se encuentran las ruinas de una hacienda que fue finca de campo del pueblo. Foto: Justino Miranda

Cuartel general

Hugo Cambray, de la dirección de Turismo en Tlaltizapán, contó que a la llegada de esta administración municipal (2022-2024) encontraron el excuartel del general Emiliano Zapata deteriorado por el abandono de anteriores gobiernos y los efectos del sismo de septiembre de 2017.

Ante ello, el alcalde solicitó autorización de invertir recursos propios y rehabilitar el espacio porque desde entonces trazaron como objetivo lograr el distintivo de Pueblo Mágico.

“La herencia zapatista es relevante para esta administración y en un plan de mantener vigente y reforzar ese pedazo de historia, organizamos el evento Zapata Vive, un festival que tiene especial importancia porque conforme a la historia, su vida política la realizó aquí en el municipio”, dijo Cambray.

“Emiliano Zapata nació en Anenecuilco y lo mataron en Chinameca, pero su vida política y el cobijo de la gente para la revolución del sur fue en Tlaltizapán, por eso realizamos este evento que reivindicar el legado zapatista; estamos listos para iniciar el 8 de agosto y concluir el 12 del mismo mes”, subrayó el edil.

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Eloy Eligio Luna Martínez, encargado del Museo de la Revolución del Sur, anteriormente excuartel general, muestra la colección de Zapata, como la silla de montar que llevaba su caballo El as de oros el día que lo asesinaron, su vestimenta, su baraja y un revólver que le regaló Francisco Villa el día de su encuentro en la Ciudad de México.

El mausoleo

En los tiempos de la Revolución Mexicana, el general Emiliano Zapata ingresaba a Tlaltizapán por el este, a la cabeza del Ejército Libertador del Sur. Llegaba al Zócalo y de ahí pasaba a su cuartel general, un inmueble que funcionaba como molino de arroz.

En la misma zona se encuentra el exconvento de San Miguel Arcángel y en su interior el mausoleo donde Zapata ordenó colocar su cuerpo, mirando hacia la imagen del padre Jesús, a cuya efigie llamaba “Cotón morado”, del cual era devoto. Su tumba se encuentra en la parte superior de la construcción, pero sin sus restos.

En la comunidad de Ticumán se encuentran las ruinas de una hacienda que fue finca de campo del pueblo. Foto: Justino Miranda
En la comunidad de Ticumán se encuentran las ruinas de una hacienda que fue finca de campo del pueblo. Foto: Justino Miranda

Gastronomía, haciendas y balnearios

Además de los sitios históricos y su vinculación con el zapatismo, Tlaltizapán también consideró en su propuesta para obtener el distintivo de Pueblo Mágico sus escenarios naturales, parques acuáticos y la cocina tradicional, reflejada en su platillo de tamal de bagre.

En la comunidad de Ticumán se encuentran las ruinas de una hacienda que sirvió como finca de campo y que se utilizaba para cultivar caña de azúcar, maíz, algodón y café, debido a que almacenaba grandes contenedores de agua y predominaba la mayor parte del año un clima primoroso.

Es la exhacienda de Xochimancas. La historia refiere que entre 1861 y 1862 sirvió como cuartel de los famosos Plateados, grupo de bandoleros que dominaron Morelos durante el siglo XIX y durante la Revolución Mexicana fue escondite del general Emiliano Zapata. Ignacio Manuel Altamirano refiere en su novela El Zarco, escrita en 1869, que, en este lugar, Salomé Plascencia, líder de Los Plateados, enterró su oro y por tal motivo este lugar ha sido saqueado por buscar sus tesoros. La hacienda luce el deterioro de los años y recientemente fue dañada por el sismo de 2017.

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Del grupo de balnearios que alberga Tlaltizapán destacan Los Sauces, Santa Isabel y Las Estacas, este último resalta por el borbollón que tiene una anchura de unos 12 metros, con profundidad variable y aguas cristalinas que son ricas en minerales. Las Estacas pertenecen a la reserva ecológica estatal Sierra de Montenegro-Las Estacas, ubicada a 90 minutos de la Ciudad de México.

Y si de degustar un platillo tradicional se trata, los visitantes se trasladan al restaurante La Alboreda, con 33 años de servicio, para degustar su platillo principal: tamal de bagre en salsa roja o verde.

Rosalía Gómez Benítez, propietaria del establecimiento, comentó que el tamal rojo se hace en el comal, envuelto en hoja de maíz. Se cuece con bagre de río, cebolla y salsa roja, elaborada con chile guajillo.

El tamal verde se cuece al vapor, y a diferencia del rojo, que se sirve seco, el verde es con caldo hervido en papel aluminio.

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