Guadalajara.- El municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en el Área Metropolitana de Guadalajara, es el lugar donde más fosas clandestinas y desaparecidos se han registrado en los últimos años en Jalisco.
También es señalado como un lugar donde los adolescentes son reclutados por el crimen organizado.
Ubicado a unos 30 kilómetros del centro de Guadalajara, aquí se construyeron miles de viviendas, muchas de las cuales quedaron abandonadas y han sido refugio de pandillas.
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Jesús Rivera Ferman, académico del Iteso, señala que sitios como este generan distintos tipos de violencia.
“Hay grupos de chavos banda que pelean entre sí, son adolescentes peleando y cuidado territorio. Hay chavos que están solos todo el día porque a los adultos les implica dos o tres horas desplazarse a su lugar de trabajo y más las 8 o 10 horas que están en el trabajo, entonces prácticamente los chavos se crían solos en aquel lugar.
“Otro tipo de violencia que se generan ahí son embarazos infantiles y juveniles, y también son lugares donde se ha detectado el reclutamiento para el crimen organizado… buscan a adolescentes que no fueron a la escuela, que están sentados en la calle y no están haciendo nada”, señaló el académico.
Consideró, además, que es un municipio difícil de vigilar por las autoridades pues, además de ser muy extenso, continuamente se rompe el entramado urbano.
Desde el 1 de enero de 2018 hasta el pasado 31 de marzo de 2023, la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) de Jalisco ha documentado el hallazgo de 135 sitios de inhumación clandestina en todo el estado y 60 de ellos (44%) se localizan en Tlajomulco.
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En este municipio existen dos fosas llamadas Mirador I y Mirador II de las que hasta ahora se han recuperado los cuerpos desmembrados de 164 personas y ambas están vinculadas por la atrocidad: quienes desaparecieron a estas personas y mutilaron sus cuerpos ocultaron en una fosa la mayoría de los cráneos las manos o los brazos y en la otra el resto de los cuerpos.
La fosa Mirador I fue descubierta en noviembre de 2019 y durante un mes los peritos forenses trabajaron en ella y se lograron reintegrar 54 cuerpos, pero decenas de restos permanecían sin corresponder con otros.
En diciembre de 2019 se descubrió la fosa conocida como Mirador II y se trabajó en ella hasta julio de 2020; ahí, los peritos forenses encontraron muchos segmentos que corresponden con los de la fosa Mirador I y hasta ahora se ha logrado la restitución de 110 cuerpos más.