Tijuana.— Sobre la calle Sexta, en el centro de Tijuana, las cortinas de decenas de locales que ahí se instalaron permanecen cerradas. En sus paredes o ventanas cuelgan letreros que ofertan locales que antes eran restaurantes o bares, y hoy están vacíos.

El cierre de los micro, pequeños y medianos negocios llegó a una de las principales arterias económicas de la ciudad junto con el Covid-19.

El Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi reporta la existencia de 60 mil 289 establecimientos en Tijuana, de ese número, la Secretaría de Desarrollo Económico de Tijuana (Sedeti) calcula que —hasta el tercer trimestre de 2020— entre 20% y 30% de los negocios cerraron debido al impacto por la suspensión de actividades por la pandemia.

Julio limpia un trapo dentro de la cubeta que a diario carga en los estacionamientos del centro, en Tijuana; los remoja una y otra vez: son su herramienta de trabajo. Desde hace tres meses, el bar en donde trabajaba como mesero cerró, desde ese entonces a la fecha buscó trabajo hasta que decidió limpiar carros.

“Aquí cuando la necesidad es cabrona, la pena sale por la ventana”, explica el joven que apenas rebasa los 30 años, “yo ganaba mis 2 mil o 3 mil pesitos entre el salario chiquito y las propinas; ahorita, pues la cosa es muy diferente”.

Sedeti en su reporte económico presentado a finales de 2020, también calculó que alrededor de 30% de los negocios que cerraron estaban dentro de las plazas comerciales.

Por ejemplo, Armando, un hombre de más de 50 años, tenía tres locales en una de las plazas comerciales cerca de la avenida Revolución, la vialidad más visitada en Tijuana.

Ropa, calzado y productos que compraba al mayoreo en Estados Unidos, ya no los pudo conseguir, debido al cierre de la frontera por la pandemia.

“No me fue posible seguir trayendo cosas”, explica a unos minutos de haber terminado su jornada dentro de una maquiladora, a donde ingresó para generar ingresos.

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