Este fin de semana se llevó a cabo el sepelio de Marwan Uriel Andrade Martínez, de 27 años, cuyos restos fueron hallados en una fosa clandestina de un predio en Jiquilpan, municipio de Michoacán.
En una vivienda de Valle de Chalco, en el Estado de México, familiares y amigos le dieron el último adiós a Marwan Uriel, quien desapareció el 7 de febrero de 2021 junto a otros dos amigos: Juan Manuel Hernández Castro de 25, y Leonel León Hernández de 23.
Foto: Especial
El día de su desaparición, Marwan Uriel Andrade se comunicó con un compañero con el que vivía, avisando que él y sus amigos fueron detenidos por la policía municipal de Sahuayo, pero que esperaban que la situación se resolviera en 20 minutos y luego volverían a casa.
El joven de 27 años, Leonel y Juan Manuel migraron de Edomex y la Ciudad de México a La Barca en Jalisco, donde trabajaban como pizzeros y así enviar dinero a sus familias.
Tras la desaparición de los jóvenes, Adriana Martínez Rojas, mamá de Marwan, inició su activismo para buscar a su hijo. Dos meses después, en abril de 2021, se manifestó afuera de Palacio Nacional para exigir que el caso fuera investigado a nivel federal.
También se sumó a la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que reúne a colectivos de varios estados. Igualmente denunció en varias ocasiones que durante un año nunca tuvo acceso a su carpeta de investigación.
Finalmente, a mediados de junio de este 2022 y a año y medio de la desaparición de los jóvenes, una búsqueda arrojó e l hallazgo de una fosa clandestina con 17 cuerpos en un predio del municipio de Jiquilpan, entre los que se identificó a Marwal, Leonel y Juan Manuel.
Foto: Especial
De acuerdo con un acta de defunción entregada a la madre de Marwan Uriel, se certificó que el joven murió el 8 de febrero de 2021, un día después de su desaparición.
Al dolor de haber encontrado a su hijo sin vida, se sumó la falta de protocolos en Valle de Chalco para poder darle sepultura, ya que al asentarse en su acta de defunción que murió en 2021, la administración del panteón donde descansarían sus restos se negó a recibirlos, alegando que debían explicar a través de un juicio civil la razón por la que se le daba sepultura año y medio después de su muerte.
“¿Qué voy a hacer? Me voy a quedar con Marwan en el patio de mi casa?”, cuestionaba su madre.
Finalmente, luego de gestiones de amigos y familiares, pudieron darle sepultura al joven.
Abrazando el féretro, Adriana Martínez alzó la cabeza y tomó aire para agradecer a familiares y amigos.
“Esta era la promesa que le había hecho a mi hijo de regresarlo a casa, y gracias a dios aquí está. Muchas gracias. Era promesa mijo, era promesa”.
Fotos: Ernesto Álvarez/ EL UNIVERSAL
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