Culiacán.— Dieciséis personas, entre ellas cuatro menores de edad, fueron liberadas la madrugada de ayer domingo; todas forman parte del grupo de 66 que fueron privadas de la libertad por hombres armados el viernes pasado en diferentes puntos de la capital de Sinaloa, informó el gobernador Rubén Rocha Moya.
En su cuenta de redes sociales, el mandatario estatal explicó que —hasta la tarde de ayer domingo— 58 personas habían sido liberadas, 22 de ellas son niños y niñas, por lo que se mantienen los operativos de búsqueda de las ocho restantes.
Comentó que el operativo de búsqueda se mantendrá, en colaboración con las fuerzas federales, hasta que se logre encontrar al total de las personas que fueron reportadas como desaparecidas.
Hasta la noche de ayer ocho personas —todas adultas— permanecían desaparecidas, el resto ya se encuentra en sus hogares “sanos y salvos”, de acuerdo con el reporte de las autoridades estatales.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública estatal, Gerardo Mérida Sánchez, recordó que el viernes pasado se recibieron nueve reportes a las líneas de emergencia sobre personas privadas de la libertad, que sumaron un total de 66, entre adultos de ambos sexos y menores de edad.
De acuerdo con los informes, grupos armados entraron con violencia a los hogares, ubicados en comunidades rurales, fraccionamientos y colonias de Culiacán y se llevaron a familias completas.
La tarde del sábado se dio a conocer que 42 personas, entre ellas 18 niñas y niños, que habían sido levantadas por los criminales ya habían sido liberadas.
Extraoficialmente se señala que, en todos los casos, las personas han sido puestas en libertad por los propios captores. Las autoridades sólo han consignado que las familias regresaron a sus hogares.
Durante la madrugada y la mañana de ayer domingo se registró un enfrenamiento entre elementos de la Guardia Nacional y hombres armados que dejó un saldo de un agente muerto, otro herido y tres presuntos delincuentes detenidos.
La agresión se registró sobre el bulevar Diego Valadez, en la colonia la Lima, en la parte oriente de la ciudad de Culiacán.
De acuerdo con las autoridades, este hecho tuvo lugar en el marco de las acciones desplegadas en busca de los civiles desaparecidos.
La Fiscalía General del Estado reportó que “coadyuva en la elaboración de peritajes” con las autoridades federales en el sitio donde elementos de la Guardia Nacional se enfrentaron con civiles armados.
Ante el secuestro masivo en Culiacán, el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, manifestó que es hora de discutir un llamado de colaboración internacional para combatir a los cárteles de la droga.
“Es hora de discutir seriamente un urgente llamado a la colaboración internacional para combatir a los cárteles de la droga y grupos de la delincuencia organizada, con todas sus consecuencias jurídicas y penales”, señaló en un comunicado.
Acusó que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador es un “gobierno fallido” y señaló que el empoderamiento del narco es consecuencia de la política de abrazos a criminales.
“Desde el primer día, este gobierno extendió una amnistía de facto a los cárteles de la droga. Asimismo, López Obrador mantuvo relaciones cercanas como lo demuestran sus visitas a Badiraguato y su instrucción a tres secretarios de Estado para ayudar en sus trámites migratorios a la mamá de El Chapo”, expuso el líder panista.
Marko Cortés consideró que México cumple todas las condiciones de un Estado fallido: el gobierno demuestra falta de capacidad o voluntad para proteger a sus ciudadanos de la violencia y tal vez incluso de la destrucción y “la declaración del gobernador morenista de Sinaloa encaja en este cuadro”.
El líder panista indicó que “prácticamente no hay estado del país sin presencia del crimen organizado”, que además de sus actividades tradicionales, como el tráfico de drogas, la extorsión y la trata de personas, ahora estafan a adultos mayores y extorsionan a organizaciones dedicadas a ayudar a los demás.
Manifestó que ante la complacencia del gobierno, los cárteles están imponiendo un régimen de terror en muchas zonas del país.