Santiago Juxtlahuaca.— “Parece que llegamos a un punto en donde la gente sigue prendiendo el fuego y nos replegamos”, dice uno de los brigadistas de Oaxaca antes de abandonar sus tareas justo en uno de los puntos trinos de Tierra Blanca Copala, Yosoyuxi y Cruz Chiquita, comunidades de la nación triqui en conflicto social interno, en la región de la Mixteca.

Este 2024 las comunidades triquis en conflicto han sido afectadas severamente por los incendios forestales provocados, coinciden los dirigentes de las organizaciones políticas de esta zona de Oaxaca.

“Pensamos que han sido provocados, para ir avanzando hacia nuestro territorio y así poder atacarnos”, dice uno de ellos, mientras otro de una agrupación contraria coincide: “Creemos que han sido provocados”. Sin embargo, ambas partes en conflicto dicen desconocer quién o quiénes han iniciado el fuego en estos días en la zona. Lo cierto, vuelven a coincidir, es que los incendios ocurren casi en los mismos lugares año con año.

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No es en el único punto del estado. De hecho, autoridades de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo) han identificado que entre el centenar de incendios que este año consumen bosques de Oaxaca destacan siete localizaciones donde el fuego se ha extendido en áreas de disputa territorial, lo que complica la atención al siniestro, principalmente en las regiones Mixteca y Sierra Sur.

Se trata de los conflictos existentes entre Santa Cruz Mitlatongo y Santiago Mitlatongo; Santa Catarina Yosonotú y Santa Lucía Monteverde; Santiago Juxtlahuaca: San Juan Copala y Yosoyuxi Copala; y Santa María Amialtepec y Santa María Yolotepec, todos en la Mixteca. Así como en Villa Sola de Vega y Santa María Sola, San Mateo Yucutindoo y Santiago Amoltepec, y Santiago Yaitepec (Pedimento Santuario de Juquila), ubicados en la Sierra Sur.

Fuego provocado

Héctor Galindo, de Pueblo Viejo, una de las más de 10 comunidades de San Juan Mixtepec ubicadas en la zona de conflicto con Santo Domingo Yosoñama, narra cómo los bosques han sido quemados intencionalmente: “Este año ha sido distinto, no hubo detonaciones, sólo el incendio que avanzó hasta quemar las 15 viviendas en Cerro Metate”, cuenta. El poblador acepta que se trata de algo que pasa año con año, aunque abunda que a diferencia de 2023 y los años anteriores que iniciaban con un incendio, y luego le seguían las detonaciones, ahora no ha habido tantas balaceras.

“Por ejemplo, el año pasado que el incendio duró casi dos semanas, lo apagamos y se volvió a encender en los mismos puntos, y después de encenderse iniciaban los tiroteos. Fue muy difícil hasta que entraron los de la Coesfo y Conafor a ayudarnos a apagarlo”, indicaron los lugareños.

Los comuneros explican cómo han identificado cuando los incendios son provocados debido a una década de conflicto con Yosoñama: “Es simple, es difícil que un incendio siempre ocurra en el mismo lugar, además en esa zona nadie de nosotros realiza roza y quema, porque nos avisamos en caso de que así fuera, tampoco son espacios para quemar basura, entonces determinamos que son incendios provocados, porque además hay detonaciones”, explica uno de ellos.

El presidente de Bienes Comunales de Santa Catarina Yosonotú, Germán Aparicio Morales, coincide con los comuneros de San Juan Mixtepec. “Lo que están haciendo es avanzar hacia nuestros terrenos y, por ello, incendian los bosques justo los que reclaman, si los incendios no fueran provocados, serían en otros puntos, pero no, cada año se queman los bosques que están en conflicto”.

Agrega que al igual que los otros municipios en conflicto, después de los incendios o previo, hay disparos de arma de fuego en la zona. Los afectados señalan que los espacios de disputa son vigilados y, por ello, se dan cuenta cómo inició el fuego.

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El diálogo, la única vía

En este contexto, el titular de la Secretaría de Gobierno de Oaxaca (Se go), Jesús Romero López, reconoció que los incendios forestales provocados tienen que ver con la disputa de territorios.

“La respuesta es preparar una posible incursión de otra comunidad para utilizar estas tierras y sembrarlas en los próximos ciclos, hay una comunidad que se adelanta e incendia, y lo otro es incendiar terrenos para avanzar y posicionarse a través del uso agrícola o ganadero de esta tierra”, expuso

Ante esto, Jesús Romero detalló que se trabaja desde el diálogo y la concertación, a través de las mesas regionales de construcción de paz, con la participación de los delegados, las instituciones de seguridad y con el seguimiento de la Secretaría de Gobierno que avala y garantiza que estos acuerdos se cumplan.

Para poder vigilar y dar cumplimiento a estos acuerdos, a principios de abril se instaló la Mesa de Atención Agraria estatal y federal, en la cual participa Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación.

“En esta mesa la estrategia es el diálogo con los comisariados y las autoridades locales, para construir una minuta donde se actuará con responsabilidad en el marco de la visita de los combatientes en zonas de conflicto, en la cual garantizará su participación en el marco de seguridad e, incluso, se suman al combate de incendio, como protocolo de atención”, expuso el funcionario.

Situación critica

Magdalena Coello Castillo, directora general de Coesfo, detalla que ante la falta de lluvias que se vivió en el estado durante 2023 los incendios registrados este año se han extendido muy rápidamente, a lo que se suman condiciones del viento y de la orografía.

“La situación es crítica, estamos comenzando demasiado temprano el combate de los incendios forestales. En 2023 no llovió y tenemos condiciones de sequía severas, lo que está ocasionando que los incendios sean más explosivos (…) El panorama no es positivo, porque vienen las temperaturas más elevadas en marzo, abril y mayo”, alerta.

Esta situación se vuelve aún más compleja en sitios donde el fuego aparece en zonas de disputa, en las que se presume que podría ser provocado, pues deben existir condiciones de seguridad para que ingresen los brigadistas.

Según sus datos, en gobiernos anteriores podrían tardar hasta 34 horas en atender un siniestro en el estado, pero actualmente ese promedio se redujo a 17, al igual que el tiempo destinado en liquidarlo, que pasó de 80 a 68. La excepción son las zonas de conflicto.

“Donde nos tardamos más es en áreas en conflicto o en áreas de controversia. Antes eran varios días o más de una semanas o el incendio se apagaba solito, porque no había condiciones para que los combatientes pudieran llegar. Ahora, desde el momento que notifican en una área de controversia, a través de la Coordinación de Delegados de Paz, podemos establecer mesas de acuerdo y se levanta la minuta”, dice.

Tras ese acuerdo, comienza el movimiento y una brigada de Conafor o Coesfo,acompañada por elementos del Ejército, Guardia Nacional o la Policía Estatal

En lo que va del año suman 126 incendios forestales que han consumido 13 mil 364.4 hectáreas.

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Brigadistas sin poder ingresar

Pero no en todos lados se logra. Por ejemplo, en el incendio provocado en Cerro Metate, ubicado en la franja de conflicto en San Juan Mixtepec, los brigadistas institucionales nunca pudieron ingresar. El fuego duró cinco días y sólo los comuneros y voluntarios tuvieron que sofocarla. El fuego consumió 15 viviendas.

“Estamos solicitando la intervención de los gobiernos federal y estatal, además de la instalación de una base de seguridad, porque esto sucede cada año. Por ejemplo, en 2023 también hubo muchos daños por los incendios. También pedimos que venga el instituto de la vivienda para que vea los daños y haya una reparación”, dijo en su momento el presidente municipal, Bernardo Sánchez.

Las dependencias forestales han indicado que por falta de seguridad no pueden exponer a los brigadistas en estas zonas de conflicto.

“Hicimos lo que pudimos porque empezó la balacera, así que ya no entramos”, expone el presidente del comisariado de Yosonotú a EL UNIVERSAL ante el incendio que duró más de tres días en marzo pasado.

Al igual que el incendio activo en la zona triqui baja, los brigadistas entraron siete días después, debido a la falta de un acuerdo entre las organizaciones internas que sostienen un conflicto social.

“El gobierno sabe que cada año es lo mismo, parece que vivimos en un país sin justicia, mientras se queman nuestros bosques, las familias pierden sus bienes; nosotros siempre hemos estado en disposición para el diálogo, pero nuestros vecinos no”, dicen las autoridades de Yosonotú.

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