San Cristóbal de las Casas.— Del otro lado del río Suchiate, en territorio guatemalteco, se encuentra la aldea Nicá, en el municipio de Malacatán, San Marcos. Hace un par de semanas ahí se plantó un joven para hablarle a los pobladores: podía llevar a sus familiares a Estados Unidos en una ruta “poco vigilada y segura”. Quienes desearan emprender el viaje debían pagar 15 mil quetzales (30 mil pesos) por adelantado y otros 10 mil dólares (194 mil pesos) para traspasar la siguiente frontera.

Muchos de los campesinos creyeron en las palabras de ese joven desconocido. Se comunicaron con hijos, esposas y familiares que se encuentran en Estados Unidos, para decirles que “este era el momento”.

El viaje que estaban a punto de emprender contemplaba ascender de la Costa hacia el Altiplano guatemalteco y continuar hacia La Mesilla. Sería ahí donde iniciarían el recorrido de más de 2 mil 713 kilómetros hasta la frontera de México con EU.

Catarino Cash, uno de los campesinos que escuchó al joven no lo pensó y pidió el préstamo para que su hijo Félix Cash, que en unos días cumplirá 18 años, hiciera el viaje junto con otros jóvenes que viven en el margen del río que ellos conocen como Nicá, nombre que comparte con su aldea, habitada por unas mil personas.

Sueños de migrantes guatemaltecos acabaron en tragedia
Sueños de migrantes guatemaltecos acabaron en tragedia

Cuando Catarino supo que el camión en el que viajaba su hijo había volcado, no lo pensó y se trasladó a Tuxtla Gutiérrez. Llegó el viernes por la tarde, después de cruzar la frontera y haber recorrido más de 470 kilómetros. Sólo espera que el Ministerio Público le entregue el cuerpo de su hijo, para poder regresar a Guatemala.

Corre la noticia de la tragedia. Cuando la noticia de la volcadura que dejó 23 guatemaltecos muertos llegó a Nicá, quienes tenían familiares que habían iniciado el viaje tomaron lo que tenían a la mano y se acercaron a la frontera con México. Abel Avelino López, por ejemplo, busca a Yesica Pérez Gómez, la novia de su hijo.

Al igual que Félix Cash, Yesica buscaba llegar a Atlanta para reunirse con su prometido que hace unos meses emigró a Estados Unidos. El viaje fue idea de él, pues quiso compartir con su novia la bonanza que vivía y por eso le hizo un giro bancario para que pudiera pagar al coyote que la llevaría hasta esa ciudad. Ahora la joven está entre las víctimas mortales.

Los padres de Yesica no pudieron trasladarse hacia Tuxtla Gutiérrez, por la falta de dinero y documentos para buscar su cuerpo en el Servicio Médico Forense (Semefo).

Los sobrevivientes. La suerte de José Saturnino Quiguán Gabriel, de 17 años, fue diferente. Logró sobrevivir a pesar de que sufrió daño craneofacial. Minutos después de llegar en estado inconsciente al Hospital Gilberto Gómez Maza, fue intervenido. A dos días del accidente, está en recuperación.

No fue el único sobreviviente. Tres más que llegaron en estado crítico también ingresaron a cirugía y han mejorado notablemente, informaron médicos de la institución.

El director del hospital, Heriberto Saldívar Farrera, explicó que los lesionados que estaban conscientes “venían en estado de shock, por el impacto del accidente”.

Al ser 33 los lesionados, los médicos acordaron atender a los de mayor gravedad en el Gilberto Gómez Maza, pero los que sufrieron lesiones de menor consideración fueron trasladados a clínicas de la Secretaría de Salud de Chiapa de Corzo y Berriozábal.

Según testimonios que han reunido los médicos, al caer el camión al barranco, desde una altura de cinco metros, los 70 guatemaltecos salieron proyectados de la caja donde viajaban hacinados.

Peritos de la Fiscalía General de Chiapas determinaron que fue la falta de pericia del conductor del camión, con placas de Tabasco, lo que provocó el accidente. Hasta el momento sólo se ha identificado a cinco de las 23 víctimas y los otros 19 cuerpos permanecen en el Semefo de Tuxtla Gutiérrez.

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