Desde Chihuahua, nos cuentan que acalambrados y hasta con síntomas de Covid-19 andan desde ayer varios de los amigos y excolaboradores del exgobernador César Duarte Jáquez (PRI) —y más los que están acusados por las autoridades estatales de los mismos delitos que el exmandatario—, luego de que se anunciara la detención del exdirigente juvenil del PRI, Christopher James Barousse. Nos indican que, por la sorpresiva noticia, más de uno ha sentido la necesidad de poner sus barbas a remojar, como el exdirector de una casa editorial de esa entidad, quien se acogió a la figura de testigo colaborativo, brindando información y hasta regresó dinero al erario. Si bien dicen que “el miedo no anda en burro”.
Nos comentan que, en Aguascalientes, a quien no se le ha pasado el entripado es al gobernador Martín Orozco Sandoval (PAN) por la inacción de autoridad municipal de la capital estatal la cual, pese al incremento de contagios de Covid-19, el pasado fin de semana le hizo al “tío Lolo” mientras se llevaba a cabo un festival de música electrónica que había sido prohibido por la Guardia Sanitaria estatal. Nos dicen que don Martín consideró increíble que el área de Reglamentos no se haya dado cuenta dónde estaba la pachanga, por lo que ahora se apoyarán del C5 para recibir denuncias ciudadanas que reporten fiestas o reuniones masivas y se canalizarán a la policía municipal. A grandes males… Big Brother.
Quien regresó a su antiguo cargo en el ayuntamiento de Tijuana, Baja California, muy calladito y sin dar muchas explicaciones, nos platican, es el alcalde Arturo González Cruz (Morena), el mismo que hace unas semanas había pedido licencia para participar en la contienda interna de su partido y buscar la candidatura a gobernador. Sin embargo, nos refieren, su retorno contrasta con su salida, pues esa ocasión lo hizo con bombo y platillos con un comunicado y conferencia de prensa, donde don Arturo acusó que sus derechos políticos estaban siendo violados, pero ahora ni ruido hizo al entrar. ¿Será que necesita de fuero frente a los señalamientos de sus relaciones peligrosas?
En Sinaloa, nos platican que quien anda buscando nuevo round de sombra es el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro (Morena), pues ahora se queja de una baja recaudación y acusa al Congreso estatal de “proteger a los ricos e influyentes, en perjuicio de las arcas del ayuntamiento”, porque en tribunales ha perdido varios juicios, presuntamente, por una modificación que no se hizo en la que solicitaba ajustar las tablas catastrales. Nos dicen que la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Graciela Domínguez Nava (Morena), le mandó decir que no reparta culpas por su deficiente sistema de recaudación y no va a ceder a sus chantajes, pero le ofreció asesoría jurídica y contable. ¡Zas!