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Hueyapan.— Las falsas versiones sobre una posible evacuación se diseminaron y alarmaron a esta comunidad indígena de Morelos, ubicada a 18 kilómetros del coloso y que se precia de tener una relación armoniosa y ancestral con Don Goyo.
“Los padres llegaron nerviosos para sacar a sus hijos [de la escuela]. En la secundaria los muchachos se salieron ante una falsa alarma y otras escuelas regresaron a los niños a sus casas, pero todo volvió a la calma cuando empezamos a recorrer el plantel e informar directamente”, dijo Eric Germán Montero Lara, titular de Protección Civil municipal.
Señaló que los integrantes del Consejo Municipal, máximo organismo de decisión, fueron informados sobre la situación del volcán y se tuvo que hacer uso de la radio comunitaria para avisar sobre las medidas de prevención que se deben tomar por el cambio del semáforo volcánico, así como el estado que guardan las rutas de evacuación.
Mientras tanto, en Ocuituco el director de Protección Civil municipal, Fernando Cazáres Galicia, informó que la gente se espantó un poco por falsas informaciones en el sentido de que serían los primeros afectados en caso de que el Popo registrara el ascenso de su actividad, debido a su cercanía con el coloso.
“Les dijeron que tendríamos daños porque estamos cerquita y se espantaron con la fumarola muy alta y el estruendo que hubo antier, pero es lo mismo de siempre. El Popocatépetl ya nos tiene acostumbrados a esto”, dijo.
“¿Cree que haya evacuaciones de la gente?”, se le preguntó.
“No lo creo, la información de Cenapred es simplemente una alerta y por eso vamos a vocear en todas la comunidades, pero nuestra prioridad son las rutas de evacuación y tenemos tres brigadas que ya están bacheando”, explicó Cazáres Galicia.
Por su parte, el comisionado estatal de Protección Civil para la zona de riesgo, José de Jesús Hernández Mendoza, dijo que las comunidades están tranquilas, pero comenzaron a visitar las regiones más cercanas al coloso para pedir mayor atención a la actividad que presenta el Popo.
“No pasa nada”. Doña Leo ni suda ni se acongoja. Deja las preocupaciones para los más jóvenes e inexpertos. Su longevidad le ha enseñado que sólo su dios sabe qué ocurrirá con el volcán Popocatépetl.
Sentada en la plaza principal de Ecatzingo, municipio mexiquense en el que sus 12 mil habitantes están en riesgo potencial ante una eventual erupción, dijo a quien le pregunta que no saldrá de la tierra donde nació hace 93 años.
“No pasa nada, yo me voy a quedar, aquí nací y aquí me voy a morir”, contestó casi a gritos porque ya no escucha bien. Así fue en 2000, cuando casi todos los habitantes de Ecatzingo fueron evacuados por la actividad eruptiva de la “montaña que humea”, significado en náhuatl del Popocatépetl.
En esa ocasión se quedó en su casa mientras los residentes de las comunidades cercanas al Popo salieron hacia los albergues.
Pero no todos tienen su seguridad. “A mí sí me preocupa, yo no soy nativa de aquí, llevo viviendo 18 años, tengo a mis dos hijas y a mis dos nietos; este incremento de la actividad para mí sí es algo nuevo”, dijo Areli, vecina de la cabecera, quien precisó que en este momento lo más necesario es información en las escuelas por parte de Protección Civil y de las autoridades, “porque los maestros sí les informan a los niños y ellos caen en pánico (...) hace rato a dos chicos se los llevaron a la clínica porque estaban afectados cuando se enteraron del volcán”, relató.
Personal de Protección Civil de Ecatzingo distribuyó entre los residentes volantes informativos para que la gente sepa qué hacer en caso de una actividad eruptiva mayor.
Otros vecinos reconocieron que no saben a dónde irse en caso de una eventual evacuación por la actividad volcánica, porque les queda más cerca el estado de Morelos que los albergues en Chalco, Ixtapaluca o Nezahualcóyotl que serían habilitados por el gobierno del Edoméx en caso necesario.
