Cancún.— Lo que se pensó que era un socavón o hundimiento en un tramo carretero federal de Tulum resultó ser una cueva con aguas cristalinas y vestigios que datan de los periodos del Pleistoceno y Holoceno, hace 2.5 millones de años, conectada con otros ecosistemas que forman parte de la segunda red de ríos subterráneos, de acuerdo con el Círculo Espeleológico del Mayab.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el biólogo Roberto Rojo, director del grupo de espeleólogos que intervino la zona para su estudio, explicó que bautizaron la caverna como Me lleva el tren, en referencia explícita el megaproyecto Tren Maya que pasará por ahí.

“En espeleología se acostumbra a nombrar cavidades recién exploradas y algunas de sus secciones. Estando dentro de esta cueva escuchamos el paso constante de los vehículos por sobre nuestras cabezas, lo que irremediablemente nos llevó a pensar en las afectaciones por los grandes desarrollos de la región.

“Eventos como éste son un recordatorio de la complejidad y fragilidad de los entornos cársticos. Cualquier cosa que se haga en la superficie de la Península de Yucatán —esto va desde los drenajes, las calles, la basura y las construcciones, entre muchas otras actividades, hasta llegar a los megaproyectos— debe tomarse en cuenta la naturaleza cárstica de la región”, detalló.

El también director del Planetario de Playa del Carmen señaló que los espeleólogos recomiendan que se refuerce la zona alrededor de la cueva para no afectar el paso natural del agua “y que se tenga en cuenta que este evento [el colapso] se podría repetir. La cueva no debe ser cubierta”.

Ese espacio tampoco puede ser rellenado, porque representaría un “ecocidio”, advirtió, al señalar que esta acción también está prohibida por el Reglamento de Cuevas, Cenotes y Cavernas vigente en el municipio de Solidaridad.

El Círculo Espeleológico del Mayab entró al estudio de la oquedad de 20 metros de ancho por 60 metros de largo a petición de la directora de Medio Ambiente y Cambio Climático del ayuntamiento de Solidaridad, Nancy Martin Tzuc, el pasado 13 de junio, cuando la estructura colapsó, a la altura de la carretera federal 307.

En un primer momento, la Dirección de Protección Civil del gobierno municipal manejó que se trataba de un hundimiento o socavón, como se denomina a la formación de una fractura en la tierra debido al deslave súbito de suelo o sedimento.

Rojo García dijo que cuando se dirigieron al sitio pensaron lo mismo; sin embargo, se dieron cuenta de que se trataba de una caverna subterránea, cuya génesis data de cientos de miles de años atrás, y el techo se desplomó, no por la remoción o deslave de sedimento o suelo.

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