Cuernavaca.— El jefe de Medicina Interna del , Daniel Xibille Friedman, es claro en su mensaje a la población que desatiende el protocolo de salud: “No esperen milagros. Creo que la gente tiene la noción equivocada de que los médicos hacemos milagros y que la medicina tiene un grado de avance que no es realmente congruente con lo que está sucediendo”.

La situación es real, dijo, además hay poco espacio en los hospitales, y aunque hay equipo y ventiladores, el faltante principal es el recurso humano, porque una parte de los médicos se ha tenido que ir a sus casas por estar en grupos vulnerables.

El nivel de presión en ese hospital fue compartido por su compañero enfermero Carlos Arturo Acevedo, al decir que todo el día están deshidratados, no pueden tomar agua ni comer alimentos porque llevan puesto un traje especial en las áreas Covid.

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Los decesos de los pacientes, precisó, se vuelven dolorosos para el personal de salud que llora y también enferma en esta pandemia; varios de sus compañeros han muerto.

Ambiente de tensión

En esas condiciones, asegura Friedman, los médicos sufren roces, pero al final del día retoman el compañerismo porque están convencidos que deben enfrentar episodios complicados, como cuando comunican a los pacientes que serán sedados.

“Ellos saben que están mal, y que una vez que reciban los sedantes para intubarlos, significa su último esfuerzo de vida, y entonces quieren despedirse, escribir cartas, y esas son las cosas difíciles”.

Lo ideal, dice el jefe médico, es que todos los pacientes fueran sedados e intubados, “y aunque se sabe que algunos no responderían al tratamiento, se trata de tenerlos lo más cómodos posible para que no sientan la ansiedad que produce estarse asfixiando”.

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En su opinión, lo más tenso del ambiente es que, debido a la falta de personal, hay roces entre ellos mismos, pero siguen ahí por los pacientes.

López-Gatell, figura pública

Sobre el caso del subsecretario Hugo López-Gatell, sorprendido de vacaciones en una playa de Oaxaca, Xibille Friedman afirma que el debate formado por el tema se debe a las complicaciones de ser una figura pública, pero considera que “cuando te agarran distraído, la incongruencia se hace evidente”.

En su opinión, no se conocen plenamente las circunstancias de esa estancia en la playa porque sólo hay un par de fotos, pero considera que López-Gatell “es una figura pública y como tal sabe que debe ser cuidadoso con la imagen que proyecta, ha hecho un trabajo muy valioso, hay áreas de oportunidad, merece un descanso es claro, lo merecemos todos”, subraya.

Para el jefe de Medicina Interna todos hemos tenido un año difícil, particularmente los médicos, y en el caso del subsecretario, tiene su derecho a tomar unos días de descanso, aunque acotó que no es tanto que haya descansado unos días, sino que lo hizo públicamente y la óptica de eso deja mucho que desear.

“Me gusta mi trabajo”

Morelos conserva el color rojo del semáforo epidemiológico, porque de acuerdo con el secretario de Salud estatal, Marco Antonio Cantú Cuevas, la ocupación hospitalaria avanza de forma exponencial y próximamente podría acercarse a 75%, lo que provocaría la saturación.

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En ese escenario, dice Xibille Friedman, todos los días se levanta con un sentimiento de aquellos niños que ya no quieren ir a la escuela, pero después reflexiona que todos los médicos están igual y es importante realizar su trabajo y hacerlo bien por los pacientes y sus compañeros.

“Al final del día, esto es lo que hago, me tocó este tiempo y ni modo, entonces para eso estoy, para servir a mis pacientes y compañeros. Sé que voy a llegar al hospital y va a ver un chorro de broncas y que nos vamos a enojar entre nosotros, pero no pasa a más porque sé que ahí están mis compañeros, y por muy enojados que estén conmigo me van a ayudar cuando lo necesite”, asegura.