Desde hace casi cinco décadas, vendedoras de textiles se dedican a la actividad que es el sustento de familias enteras en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Su lugar de venta solía ser el mercado municipal de Juchitán, sitio que, por su significado histórico, era propicio para el comercio de ropa tradicional, caraterística de la región.

Sin embargo, con el terremoto que derribó parte del inmueble, también se cayeron las ventas. A un mes de la tragedia, las autoridades de los tres niveles de gobierno no se han acordado de los creadores, se quejan.

Las artesanas

se mudaron al parque provisionalmente, pero a pesar de los esfuerzos, las ventas no repuntan.

En entrevista con EL UNIVERSAL, María Concepción Carrasco recuerda que hace 45 años, sus padres iniciaron con un pequeño negocio ubicado en la parte alta del mercado. Los locales establecidos eran una oportunidad para que la gente conociera la cultura istmeña.

El sismo del 7 de septiembre

fue devastador para las familias de artesanos , que a diario acarrean mercancía desde sus domicilios por iniciativa propia para obtener dinero para subsistir; la situación es cada vez más difícil, indica la vendedora y añade que hasta hoy no hay respaldo gubernamental para quienes mueven la economía de la región.

La parte positiva es el recibir apoyo de la gente, tanto turistas extranjeros como locales, adquieren productos, no obstante, se prevé que la recuperación sobrepase un lapso de tres años, pues trascendió que el mercado deberá reconstruirse.

“La gente de fuera es la que compra textiles, pero en este momento, lo que la gente local consume es comida, están haciendo provisiones en el caso de que suceda alguna emergencia”, dijo otra vendedora que solía acudir a ofrecer sus productos en la explanada del mercado, antes de que los sismos dejaran bajo los escombros todo su inventario.

Bertha Pineda Hernández

, otra de las comerciantes que desde hace seis años expende en el mercado, comentó que desde el sismo, no ha sucedido ningún acercamiento con las autoridades.

Además, a las mujeres que se sumaron para vender en el parque, acudieron otras que no pertenecen a la plaza, lo que dificulta la reactivación económica, pese a ello, las artesanas están buscando los medios para seguir produciendo.

cfe

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