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Chilpancingo.— Esto pasó el domingo: en la explanada del PRI estatal, en Chilpancingo, unas 2 mil personas acompañaron a Mario Moreno Arcos a registrarse como el precandidato único de ese partido. Hubo aglomeraciones y nadie respetó la sana distancia, al contrario, se arremolinaban para estar más cerca del recién nombrado.
Casi a la misma hora, también en Chilpancingo, Luis Walton Aburto, uno de los aspirantes que perdieron la encuesta de Morena para definir a su candidato a la gubernatura, se reunía con unas mil 200 personas —como informó su equipo de campaña— en un salón de fiestas, para anunciar que seguirá recorriendo el estado para impugnar el nombramiento de Félix Salgado Macedonio como candidato.
Estos dos eventos superaron, por mucho, el aforo permitido en esta pandemia, pero no llegó ningún policía a dispersarlos, como ocurre cuando los bares y restaurantes rebasan la capacidad ordenada.
Sin embargo, el secretario de Salud en Guerrero, Carlos de la Peña Pintos, hace días puntualizó que las medidas sanitarias son generales e incluyen a los partidos políticos y a los candidatos.
“Si nosotros decimos que los turistas no guardan debidos cuidados, entonces vamos a tener que decir que las concentraciones por eventos políticos tampoco guardan las debidas medidas y recomendaciones, y de ahí pueden venir contagios”, advirtió y pidió a las autoridades electorales reglamentar las reuniones proselitistas.
Mucho antes de que arrancaran formalmente las precampañas, los aspirantes a distintos cargos por diversos partidos no han respetado las medidas sanitarias: se reúnen con cientos, incluso miles de simpatizantes en lugares cerrados, con poca ventilación, donde el uso del cubrebocas no es obligatorio.
La precampaña a la gubernatura comenzó en noviembre y desde entonces ninguna autoridad ha regulado estos actos.
El 9 de noviembre, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) emitió el Protocolo para Seguridad Sanitaria, para eventos donde los candidatos “reciban el apoyo ciudadano”, que son las mismas medidas repetidas desde el inicio de la pandemia: se ordena el uso obligatorio y permanente de cubrebocas, la desinfección y ventilación de los lugares, disponer agua y jabón para el lavado de las manos y gel antibacterial, así como la toma de temperatura y la sana distancia, pero nadie vigila que esto se cumpla.
El presidente del IEPC, Nazarín Vargas Armenta, reconoció que ellos no tienen competencia para hacer cumplir las normas.
En esta precampaña, los aspirantes a la gubernatura han realizado actos masivos sin cuidar las medidas sanitarias en la Montaña de Guerrero, donde apenas hay un hospital con 15 camas Covid-19 para los 400 mil habitantes.