Oaxaca.— Luego de permanecer desde septiembre sin asesor legal, el fiscal general, Rubén Vasconcelos Méndez, informó que María Elena Ríos, la saxofonista que fue atacada con ácido, ya cuenta con una asesora jurídica. Se trata de la defensora de Derechos Humanos Ana Katiria Suárez, quien llevó el caso de Yakiri Rubio, presa año y medio acusada de matar a su violador.
Sobre el caso de Malena, la abogada resaltó que se trata de un delito de odio hacia las mujeres y asegura que hay pruebas en poder de las autoridades para que se configuren más delitos relacionados con la violencia de género.
Además, solicitó que se atiendan las necesidades de la familia y les brinden seguridad ante el riesgo que corren. Destacó que, aunque la madre de la joven también resultó con lesiones por el ácido, no se le considera víctima directa.
Asimismo, pidió a la sociedad permanecer pendiente del caso hasta que se alcance la justicia y que se repare de manera integral el daño a la joven; cuestionó también que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no se haya pronunciado.
Hace unos días, Silvia Ríos, hermana de María Elena, firmó un convenio con los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) para garantizar los gastos médicos, de hospedaje, traslado y alimentación durante la recuperación de la joven.
Al respecto, Vasconcelos Méndez aseguró que no sólo se está atendiendo el tema jurídico, sino que la fiscalía está trabajando con los SSO para que su tratamiento sea satisfactorio. También, dijo que se le brinda atención sicológica a la joven y a su familia, y ya se trabaja en la reparación del daño.
“Este asunto requiere no nada más acciones de orden jurídico, sino la garantía de que diversas instituciones, como Salud y las encargadas de la política social, participen para restablecer los derechos que le fueron violados a María Elena. Vamos a trabajar en un plan de reparación del daño que incorpore las cinco vertientes que señala la Ley General de Víctimas”, dijo.
Mientras tanto, los días para Malena son difíciles, dice su familia. Sobre todo después de la primera vez que se vio en el espejo y observó las secuelas que le dejó el corrosivo en su cuerpo.