Cancún.- La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) admitió que se registró el derrame de un promedio de cuatro metros cúbicos de concreto en un pequeño cuerpo de agua localizado en uno de los frentes de trabajo en donde se construye el Puente Vehicular Nichupté, obra de 8.8. kilómetros de longitud que conectará a la , atravesando el principal sistema lagunar de este polo turístico.

Si bien el derrame de material ocurrió, la dependencia federal aseguró que no representa un elemento contaminante para el cuerpo de agua, al ser un residuo especial no tóxico; que los volúmenes no fueron de gran magnitud, sino puntuales y que el sitio se localiza en la parte terrestre, en una zona de transición entre la selva y el área de humedal, alejado de la Laguna Nichupté.

Durante un recorrido realizado por la zona, biólogos e ingenieros de la dependencia federal, a cargo de los trabajos, explicaron a que, la fuga de concreto ocurrió la madrugada del pasado 4 de mayo, durante el colado de una de las pilas de cimentación de la estructura, cuando se vaciaba una de las ollas de concreto.

El personal se percató que dicho material comenzó a brotar desde la parte inferior del ademe metálico –como se conoce a una suerte de funda o revestimiento que se coloca alrededor de una pila o columna para protegerla– y el suelo.

“Se mete el ademe a una profundidad de 4 a 6 metros. A la hora que metemos el tubo metálico, hacemos el colado, que se hace a través de unos tubos. El colado empieza desde abajo por el tubo; se mete el tubo hasta el fondo y empezamos a colar, entonces el colado empieza desde abajo y empieza a subir el concreto hasta el nivel que se requiere.

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“Llegó un momento en que empezó a rebosar el material por fuera del tubo. El material brotó a un costado del tubo (…) Fue alrededor de cuatro metros cúbicos lo que brotó”, detalló Jorge Santiago Martínez, residente de obra del Puente Nichupté.

Ante los hechos, fueron activados protocolos que impidieron la dispersión del material. El área fue sellada con cimbras de madera y el material quedó “perfectamente contenido”, lo cual se reforzó mediante las mallas especiales colocadas de forma preventiva en el sitio, evitando que el concreto se esparciera en la totalidad del cuerpo de agua.

“Se contuvo, se detuvo un rato el colado para contener el concreto y se prosiguió con el colado hasta llegar al nivel de la columna. Ya no siguió brotando. Posteriormente dejamos que fraguara un poco el concreto para poder sacarlo. Ya al siguiente día empezamos a sacar todo el material.

“Era concreto con la misma densidad del concreto, no se esparce completamente; entonces quedó contenido dentro del área. Como ven ahorita está completamente limpio, ya no tenemos residuo de lo que pasó”, expresó.

Foto: Adriana Varillas / EL UNIVERSAL
Foto: Adriana Varillas / EL UNIVERSAL

El funcionario remarcó que, desde que iniciaron los trabajos, es la primera vez que sucede algo similar y, a pregunta expresa, subrayó que han realizado una revisión del proceso y de los materiales del suelo y roca para identificar la posible causa.

Entre las probabilidades se contempla la existencia de una dolina, a una profundidad de 7.10 metros, en la frontera entre el ademe y el macizo rocoso, asociada con el suelo kárstico que caracteriza a la región.

“La presencia de esta dolina y, considerando la condición superficial del suelo que está compuesto por un sedimento que no tiene buena resistencia, ocasionó que, al estar llenado la pila con concreto a través del tubo y teniendo este una altura de 3 metros por arriba del espejo de agua, se ocasionó que la presión del concreto en estado fresco (carga hidráulica) venciera o rompiera el estrato débil, realizando la fuga del concreto”, se expuso.

Silvia Sánchez Santacruz, bióloga del Grupo Selome-Geobios, una de las cuatro empresas para el tema ambiental del megaproyecto, manifestó que tampoco se puede hablar de una contaminación a la Laguna Nichupté, porque la zona de trabajo en donde ocurrió la fuga de concreto no se ubica propiamente en el sistema lagunar, sino en una zona de transición entre el humedal y la selva.

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Además, señaló que el concreto es un residuo de manejo especial que “no contamina”.

Cuestionada sobre esta aseveración, toda vez que los componentes de ese material –cemento, agua, arena y agregados pétreos– pueden tener impacto en el ecosistema acuático que, al ser un humedal, está interconectado con todo el sistema lagunar, respondió que ahí ya no había en el sitio flora o fauna.

Reiteró que el cuerpo de agua prácticamente se encuentra aislado y carece de corrientes de agua directas.

“En esta pequeña zona se hizo un estancamiento del agua, que no es parte directa de la laguna, que es un sitio en la que tal vez hubo algún relleno o tal vez algo generó que se acumulara mucho sedimento. No permite el crecimiento de la vegetación y sí el estancamiento del agua. No permite el flujo hídrico natural.

“Como ven ya no está el derrame, están las mallas, los medios de contención para evitar que los pocos sedimentos generados que se levanten, se mantengan en el sitio”, sostuvo, al señalar que la ligera turbidez que aún se percibe tiene que ver con la re-suspensión de sedimentos acumulados en el fondo, fruto de los trabajos hechos, pero también contenidos por las mallas colocadas.

La denuncia pública

El lunes pasado, activistas de Cenotes Urbanos informaron que al volar un dron por la zona en donde se construye el megaproyecto, detectaron un “enorme derrame de cemento en los manglares, en un cuerpo de agua donde viven bebés cocodrilos”.

En su reporte, añadieron que se observó “agua muy contaminada, fugas de aceite y material en muy mal estado”, lo que ameritaría la presentación posterior de una denuncia popular ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), a fin de que se inspeccionase la obra.

Activistas de Cenotes Urbanos hicieron la denuncia. (Foto: especial)
Activistas de Cenotes Urbanos hicieron la denuncia. (Foto: especial)

“El impacto ambiental de este derrame y de las demás cosas que hemos observado es terrible. Se tienen que responsabilizar y construir el puente en mejores condiciones”, se indicó.

Al respecto, Silvia Sánchez descartó que se haya registrado algún derrame de aceites, grasas, hidrocarburos o residuo peligroso alguno.

Sobre el nido de cocodrilos explicó que no han sido movidos. “Lo que se hizo fue acordonar la zona, notificar al personal que no se pueden acercar y la idea es permitir que los cocodrilos crezcan y se vayan solitos, la madre con sus crías; la idea es manipular lo menos posible a estos animales, porque son protegidos y cuando son pequeños son muy delicados”.

Foto: especial
Foto: especial

Sistema Top Down “camisa hecha a la medida”

El derrame ocurrió en el área de trabajo en donde actualmente opera un novedoso sistema constructivo denominado “Top Down”, utilizada para la edificación de puentes y otros proyectos de infraestructura.

En México es usado por primera vez y por segunda ocasión en América Latina, después de Colombia, detalló Guido Mendiburu, delegado de la SICT en Quintana Roo.

La operación de este sistema permite que la construcción del Puente Vehicular Nichupté –considerado el segundo de mayor longitud en Latinoamérica– se construya de arriba hacia abajo, es decir, comenzando desde la parte superior y descendiendo gradualmente, lo que permite acelerar el proceso constructivo y minimizar el impacto en el entorno, pues se prescinde del desmonte de grandes extensiones de cobertura vegetal y, en este caso, se evita dañar el manglar.

“Aquí la única zona afectada es donde van las pilas, los pilotes. Este sistema nos ayudó a que la Semarnat declare como viable el proyecto. Esta (maquinaria) es una patente italiana. Las piezas se fabricaron en China”, indicó el funcionario.

Santiago Martínez ahondó: “Tardamos como seis meses en lo que llegó el equipo, principalmente de China, todo lo que era la estructura metálica, empezar a armarlo fue entre seis y ocho meses, desde que salió de China e Italia”, señaló.

El Top Down cuenta con una longitud de 100 metros, un peso de mil toneladas. Consta de dos vigas lanzadoras, un carro de servicio, y trae una grúa Derrick, que posee un brazo horizontal, montado en una torre vertical, usada para construir puentes o plataformas petroleras. En su parte frontal es una plataforma de perforación, con una perforadora.

“El detalle del equipo es que está hecho a la medida. Está calculado para esta obra por la longitud que tenemos entre apoyo y apoyo. Esta estructura está suspendida en dos apoyos, entonces podemos decir que tiene 35 metros atrás y 35 metros adelante suspendida (…) está diseñada exclusivamente para este puente. Es una camisa hecha a la medida”, expresó.



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afcl/cr

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