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La inseguridad y la pobreza provocaron que salieran en estampida de sus lugares de origen, por lo que ni la delincuencia, el coronavirus o Donald Trump frustrarán su sueño de llegar a Estados Unidos, aseguran migrantes venezolanos y haitianos, varados en la frontera.
El anuncio del presidente estadounidense de cerrar la frontera a migrantes no repercute en el ánimo de quienes se encuentran albergados en la Casa Senda de Vida en Reynosa, Tamaulipas.
Dicen estar desesperados, pues algunos tienen más de seis meses viviendo hacinados en un inmueble que cuenta con capacidad para 250 personas y que ahora resguarda a casi 400.
Todos se encuentran en una lista de espera para obtener asilo político o en su caso, una visa humanitaria, que tiene la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para permitir el ingreso a Estados Unidos.
El lunes 20 de abril por la mañana, un grupo de 10 migrantes, en su mayoría cubanos, fue llamado para presentarse en el Puente Internacional Reynosa-Hidalgo a fin de que ser entrevistados por personal de migración de Estados Unidos.
Sin saberlo, ellos fueron los últimos en ser recibidos, pues horas más tarde el presidente de Estados Unidos, por medio de su cuenta de Twitter, informó que a la luz del ataque “de este enemigo invisible”, refiriéndose al coronavirus, firmaría un decreto para suspender la inmigración en su país.
La esperanza no muere
Uno de estos migrantes es Moisés Marcano, un venezolano que lleva medio año en Reynosa y asegura que Donald Trump está equivocado en su política, pues debe recibir a quienes se encuentran en albergues para ayudar a México a solucionar el hacinamiento.
“Sabemos que es un problema de salud en el mundo, pero es más peligroso que nos tengan aquí. México ha hecho todo lo humanamente posible para ayudarnos, creo que es tiempo de que Estados Unidos tenga un poco de humanidad”, dijo.
Asimismo, comentó que los migrantes no dejan sus países por gusto, sino porque buscan una mejor calidad de vida para sus familias.
“Hemos pasado por inseguridad, por eso salí de Venezuela, de no hacerlo estaría muerto. Hemos viajado por muchos países para llegar aquí. Me dijeron que [Donald] Trump no quiere recibirnos, pero creo que debe tocarse el corazón”, expresó.
Desde Haití, la esperanza de Juven Henz y Javeni Estelein tampoco ha muerto con el cierre de las fronteras.
“Vengo con mi esposa y mi hija, viajamos por muchos países para llegar aquí, pasamos por delincuencia, queremos llegar a Estados Unidos y eso es lo que vamos a hacer, tengo que llevar a mi familia a un lugar seguro”, comentó Juven.
Con su hija en brazos, este hombre cuenta que decidió establecerse en Reynosa desde el 15 de marzo del presente año, ya que anteriormente estuvo en Tijuana, donde la inseguridad constantemente ponía en riesgo la vida de su familia.
“En Tijuana está muy peligroso para nosotros. No tenemos más opciones, no tenemos dinero y en las casas de migrantes ya no pueden alojar a más personas”, refirió.
Por su parte, Javeni comenta en tono de broma que si el coronavirus no ha podido frenarlos, menos lo hará la política de Norteamérica.
“Podemos utilizar otros métodos, cruzar nadando, por ejemplo, es arriesgado, pero no tenemos otra opción. Por el momento debemos esperar, yo soy de los siguientes que recibirían en Estados Unidos, no sabemos si nos llamarán, espero que Trump dé marcha atrás, porque de lo contrario se tendrán más problemas si pensamos en entrar por la fuerza”, dijo.
La autoridad mexicana, en voz de Ricardo Calderón, titular del Instituto Tamaulipeco para Migrantes, informó que no han recibido una notificación oficial sobre el cierre de fronteras, pero que de realizarse, Tamaulipas se convertirá en un cuello de botella donde miles de migrantes, quedarán varados.
“Actualmente hemos recibido a mil 100 migrantes connacionales, a los cuales se les brindan todas las atenciones, sobre todo médicas ante la pandemia de coronavirus, y en el caso de los extranjeros, es el Instituto Nacional de Migración el que se hace cargo”, expuso.
Calderón expresó que el gobierno del estado lanzó un exhorto a la Federación para construir albergues fuera de la entidad, por lo que esperan que se cumpla este convenio.
“El gobierno estatal mantiene el apoyo, por parte del DIF se les brinda atención y la Secretaría de Gobierno tiene un convenio con los albergues para bajar recursos que estaban dirigidos a una migración normal, aunque este tema se complicó con las caravanas y que el gobierno federal alentó con su política de puertas abiertas”.