Ciudad Juárez.— Saúl es oriundo de El Salvador, es uno de los más de mil migrantes centroamericanos que en el último mes las autoridades de Estados Unidos regresaron a Ciudad Juárez para esperar la noticia de si recibe o no asilo político.
El salvadoreño llegó a esta frontera hace alrededor de seis meses; luego de esperar su turno para la primera entrevista, las autoridades migratorias estadounidenses decidieron retornarlo a esta ciudad para que espere noticias definitivas.
Para Saúl es una opción volver a su país, aunque es consciente de que allá hay pocas oportunidades de trabajo. “Si me dicen que me vaya para mi país, me voy”, asegura, a la vez que señala no tener certeza de lo que hará si finalmente le niegan la solicitud.
Al ser retornado a esta ciudad fronteriza, fue recibido en la iglesia del Buen Pastor, donde ha permanecido todo este tiempo, después de dejar su país natal donde lo estaban amenazado para forzarlo a vender droga.
Saúl colabora en los quehaceres de la iglesia en la que le brindan comida y alojamiento, ya que no tiene permiso para trabajar en esta ciudad. “Tenemos un papel para poder estar y andar aquí, pero no tenemos permiso para trabajar”, concluye.
El caso de Bryan —quien también fue regresado de Estados Unidos a Juárez— es distinto, pues asegura que difícilmente volvería a Honduras, debido a las nulas opciones laborales que existen en aquel país, además de que, en este momento, hay muchas manifestaciones e inestabilidad política.
Bryan llegó a Juárez hace más de dos meses con la intención de obtener asilo en Estados Unidos y poder trabajar y reencontrarse con algunos familiares en aquel país, hace 20 días fue retornado de la Unión Americana para esperar la respuesta definitiva a su solicitud en territorio mexicano.
Para Bryan el panorama no es claro en caso de que la respuesta sea negativa, pero afirma que en su país de origen no hay oportunidades de trabajo, de manera que para él sería una opción viable quedarse en Ciudad Juárez, donde reconoce que ha sido muy bien tratado.
Retornados. En el último mes, las autoridades migratorias de Estados Unidos regresaron a mil 35 migrantes centroamericanos a Ciudad Juárez para que esperen en territorio mexicano su proceso de asilo político, tras haber llegado ilegalmente a aquel país, la mayoría de ellos cruzando el río Bravo para entregarse a la Patrulla Fronteriza y hacer la solicitud de asilo político.
En la implementación de los protocolos de protección a migrantes, las autoridades hicieron valer el número 235, el cual establece que los individuos no mexicanos que entraron a Estados Unidos por México de manera ilegal o sin la documentación pueden ser regresados a México en tanto se realiza su juicio migratorio.