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Chilpancingo.— Al grito de “justicia” fue sepultada en el panteón El Palmar, en Acapulco, Honoria Rendón Ríos, de 70 años, junto con su hija y sus tres nietos, quienes fueron encontrados en una fosa en la colonia Simón Bolívar, el pasado viernes.
Junto al cuerpo de Honoria estaba su hija Adriana Gutiérrez Rendón, de 38 años, y los jóvenes Hiram Josué Almazán Gutiérrez, de 19 años; Pedro Ramírez Gutiérrez, de 16, y René Orfanel Calderón Gutiérrez, de 11. Todos ellos estaban reportados como desaparecidos desde hace un mes.
Al tiempo en que eran enterrados, en el poblado de Xaltianguis, la alcaldesa morenista Adela Román Ocampo declaró que el fiscal general del estado, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, había informado que algunos de los cinco estaban “ligados” a una actividad ilícita; sin embargo, la familia lo negó y pidió respeto a la edil.
“Estamos de luto y tenemos en nuestro corazón un dolor profundo por todo lo sucedido. Rechazamos totalmente las declaraciones de la alcaldesa al vincular a miembros de nuestra familia con el crimen organizado”, escribieron en un comunicado.
La tarde del viernes, la Fiscalía General del Estado (FGE) anunció el hallazgo de los cinco cuerpos en fosas clandestinas del cerro Las Milpas, en la periferia de Acapulco, y explicó que se logró después de la declaración de uno de los cuatro hombres que detuvieron por su presunta participación en la desaparición de la familia.
Uno de los cinco detenidos portaba un arma 9 milímetros, utilizada en el crimen contra los cinco miembros de la familia y presuntamente son integrantes de la organización criminal Los Virus.
La madrugada del 15 de octubre, hombres armados sacaron de su domicilio en la colonia Simón Bolívar a la señora Honoria, a su hija y a sus tres nietos.
Desde entonces, los familiares denunciaron la desaparición y organizaron marchas y bloqueos en carreteras para exigir su regreso con vida y reunirse con el fiscal general del estado y con el gobernador Héctor Astudillo Flores.