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El contenido de las primeras cajas de seguridad, incautadas a clientes de la empresa First National Security (FNS) el pasado 9 de octubre, fue entregado ayer por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
El miércoles pasado inició el proceso de entrevistas entre personal de la SEIDO y los afectados por el aseguramiento a las instalaciones y la incautación de las cajas —el 27 de octubre—, como parte de las acciones para devolver los bienes.
La fecha de entrega, oficialmente iniciará el próximo 13 de noviembre, sin embargo, algunos afectados que demostraron tener una emergencia de salud, recibieron sus bienes.
Este es el caso de Georgina —nombre ficticio, pues pidió reservar su identidad—, quien el mismo día en que fue entrevistada, recibió sus pertenencias, intactas.
Ella narró que el trato que le fue brindado desde que ingresó al local anexo a las instalaciones de FNS, en Plaza América, fue “excelente” y respetuoso. “Yo llegué ahí con mucha angustia y desesperación. Tenía un problema de salud que debía resolver al día siguiente de la entrevista y requería de mis cosas; alhajas que me heredó mi madre y que pensaba empeñar, porque el seguro no me cubre todos los gastos.
“También tenía recuerdos familiares, fotografías, cositas que me dejaron y que tienen sólo valor sentimental para mí”, detalló.
A Georgina ninguna autoridad le exigió, pidió ni requirió desistirse de algún amparo —que sí tramitó— ni de la queja que también presentó ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por haberse violentado sus derechos de propiedad, privacidad, seguridad, audiencia y el legítimo proceso, como parte del aseguramiento a la empresa y la incautación de mil 500 cajas de seguridad, entre ellas, la suya.
Ocurre que el viernes pasado, en el exterior de un local que ha sido usado por las personas agraviadas para llevar el conteo de gente entrevistada y hacer anotaciones diversas, alguien anotó que para poder recobrar las cosas: “Es requisito indispensable presentar el desistimiento del amparo y la carta ante CNDH”.
La anotación, que aumentó las inquietudes, molestia y miedo entre quienes están a la espera de entrevista, fue borrada horas después y sustituida por otro aviso: “Pasen con o sin amparo. Infórmense en el plantón. No interrumpan el proceso”.
A Georgina le pidieron sus datos generales y la descripción de lo que había en ella. Les habló de “las cositas” que le dejó su mamá y después, sobre un escritorio, le pusieron a la vista todo, dentro de una bolsa de plástico transparente, etiquetada con las siglas SEIDO.
La entrevistada comentó que ha sabido de tres casos en que a las entrevistadas “las han retachado” bajo el argumento de que no han aportado suficientes elementos para acreditar sus bienes. “Lo que sucede es que cada caja es una historia diferente.
“Habrá a quienes no les va a ir bien porque tienen cosas que no. Pero a esos los van a encontrar, si no es que ya los encontraron, porque estos de la SEIDO tienen olfato de galgo. Están entrenados para ello”, subrayó.
El viernes pasado, se informó que la CNDH, a petición de la gente afectada, enviará a partir del lunes personal para asistir a las personas que entren a las entrevistas y evitar posibles abusos o excesos de la autoridad.