Monterrey.— Este miércoles se cumplen dos años de que fue hallado el cuerpo sin vida de Yolanda Martínez, de 26 años de edad, quien estuvo 38 días desaparecida.
A pesar del tiempo transcurrido, Gerardo Martínez Bautista, padre de la joven, no pierde el ánimo y dice que todavía tiene esperanza de que se haga justicia, que el asesino de su hija sea detenido y pague con cárcel por el feminicidio.
Sin embargo, a la fecha no hay avances en el caso ni un solo sospechoso del crimen.
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La historia
Yolanda desapareció el 31 de marzo de 2022. Ese día salió de la casa de su abuela, ubicada en San Nicolás de los Garza, para ir a buscar trabajo... y no volvió.
Su padre y algunos familiares la buscaron solos durante semanas. Fue hasta que el caso de Debanhi Escobar —quien desapareció una semana después— tuvo resonancia a nivel nacional, que se escuchó también la voz de Gerardo y las autoridades iniciaron su búsqueda.
Pese a los operativos, el cuerpo fue encontrado por casualidad: una mujer que se internó en un monte de la colonia Los Huertos, en el municipio de Juárez, para cortar leña fue quien lo halló debido al olor.
Gerardo había externado el presentimiento de que su hija ya había sido privada de la vida, después de que sus captores la habían mantenido secuestrada y, al verse presionados por las pesquisas de las autoridades, optaron por “sembrar” el cuerpo en donde se le ubicó.
Pero la fiscalía estatal informó que Yolanda fue encontrada junto a frascos de veneno —el raticida fosfuro de aluminio y el insecticida clorperifós— y de un vaso de unicel donde estaba escrito “Te amo Negrito, ya me voy, te voy extrañar”.
Con estos elementos las autoridades señalaron el suicidio como causa probable de la muerte, versión que fue rechazada por la familia.
Gerardo ha insistido en que su hija no tenía motivos para quitarse la vida, pues estaba preparando la fiesta de cumpleaños de su niña, que ese 29 de abril cumplía cuatro años. También señala que la letra del mensaje en el vaso era diferente a la de Yolanda. Además, de acuerdo con la autopsia, la joven habría muerto alrededor del 2 de abril y el vaso parecía más reciente.
Ante la presión de la familia y colectivos feministas se logró que la Fiscalía de Justicia del Estado aceptara investigar la muerte de Yolanda como feminicidio. Sin embargo, otras peticiones que hizo Gerardo, como que el caso fuera atraído por la Fiscalía General de la República (FGR), la exhumación del cuerpo para una segunda autopsia y la participación de un forense externo, fueron desechadas.
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Nulos avances
En entrevista con EL UNIVERSAL, Gerardo dijo que el jueves pasado se reunió con el fiscal que lleva el caso para ver avances.
El padre de la joven explicó que “últimamente se han hecho varias diligencias para encontrar algún indicio, pero no ha habido nada en concreto, aunque no se descarta nada, y con cualquier línea de investigación se seguirá buscando”.
—Ya van dos años y no se ha dado con el o los responsables de la muerte de Yolanda..., ¿cómo se siente?
— “Sí, ya es mucho tiempo que no se ha encontrado a un presunto culpable por la muerte de mi hija. Estuvimos en la Fiscalía Especializada en Feminicidios, se le hizo una petición muy importante donde se encontró un indicio y se seguirá una línea de investigación muy importante en los próximos días para poder encontrar al presunto”.
Agregó que “para no entorpecer la investigación no podemos mencionar y dar los puntos exactos. En próximos días, no sé cuánto se puede llevar, algún mes, en investigar esa línea, ya estaremos mencionando a los medios para que la sociedad sepa que seguimos en la lucha por encontrar la verdad y la justicia para mi hija”.
Gerardo Martínez Bautista reconoció que, pese a las limitaciones con las que trabaja la fiscalía estatal, siempre lo reciben y le informan.
“Es de agradecerse porque muchas víctimas mencionan que no los reciben o no les ponen atención, y debo mencionar que la atención hacia mí sí la he tenido”, añadió.
“Tengo esperanza. Tienen que resolverse [el crimen], ya vamos muy avanzados porque vamos cerrando los indicios... tenemos que llegar al punto de encontrar al presunto responsable”, aseguró.
Pese al tiempo, reconoció que la herida no ha sanado del todo. “A pesar del tiempo, el dolor sigue siendo el mismo, y a lo mejor duele más, pero bueno, ahí vamos aprendiendo a vivir con la ausencia de nuestros seres queridos”.
Al menos, dijo, ya sabe dónde está su hija, aunque la frustración de no encontrar justicia sigue presente. “Lo importante es que se encontró el cuerpo de mi hija, es una incertidumbre no saber si vive o si no vive… Ella tiene un espacio donde la puedo visitar”.
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