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Playa del Carmen.— El ataque en la cervecería Chapultepec, en Playa del Carmen, fue la gota que derramó un vaso lleno de miedo, inseguridad y violencia en el municipio de Solidaridad, y el pretexto para imponer el Mando Único estatal al que se resistía el ayuntamiento.
La Asociación de Hoteles de la Riviera Maya señala que la ocupación ha descendido cinco puntos en el primer cuatrimestre del año por tres factores: el sargazo, la inseguridad y las plataformas de renta vacacional.
Dejando de lado el sargazo y las plataformas, los reportes sobre el aumento de extorsiones, secuestros y homicidios han ido en aumento desde 2017, cuando se suscitó el homicidio dentro del bar Blue Parrot, en pleno corazón de la zona turística.
En el pasado llegaron efectivos de la Marina y del Ejército. También de la Policía Federal. Sin embargo, la alcaldesa Laura Beristain (Morena) dice que en esta administración el municipio ha luchado solo; subraya que el gobierno del estado (PAN-PRD) abandonó la demarcación.
Ha pasado más de un día desde que se instauró el Mando Único en el municipio de Solidaridad, con cabecera en Playa del Carmen. Ayer ni en la ciudad ni en la zona turística se notaba la diferencia. No toda la gente se ha enterado del cambio de mando, pero para la mayoría es claro que aquí, “se vive y se trabaja con miedo”, dice la presidenta del Consejo Coordinador Empresarial de Playa del Carmen (CCE), María Elena Mata.
A lo largo de la Quinta Avenida de Playa del Carmen, uno de los corredores turísticos más conocidos en el mundo, turistas de distintas nacionalidades pasean, otros tantos se broncean en la playa o intentan abrirse paso entre franjas de sargazo que se extienden a lo largo de la costa.
Abundan turistas y comerciantes, pero la presencia de agentes es mínima. Se limita a tres elementos de la Policía Turística, desarmados. La Policía Estatal está ausente desde el cambio de gobierno y la Federal se fue desde el año pasado, confirma un agente.
“Había mucha gente que se quejaba de que no hacían nada; que nomás venían de vacaciones”, dice, sin acceder a dar su nombre por el momento delicado en que transita la Dirección de Seguridad Pública a partir del decreto de Mando Único. Lo que prevalece ahora es el desconcierto y la confusión en la tropa, añade.
Ajenos al entramado político, los turistas disfrutan sus vacaciones y la vida nocturna de la cosmopolita Quinta Avenida, dominada además por células que mueven todo tipo de drogas, que lo mismo se ofrecen en los sanitarios de un bar que en una esquina, a plena luz del día.
Por eso a los empresarios parece haberles llegado un respiro con el Mando Único. La Cámara Nacional del Comercio (Canaco) capítulo Playa del Carmen se asume más tranquila con el arribo de policías estatales.
José Luis Hernández Barragán, dirigente el organismo, incluso afirma que el Mando no violenta la autonomía municipal, como argumenta la alcaldesa, ya que la Constitución faculta al gobernador en turno a tomar el control de la seguridad ante hechos que alteren el orden público.
Hernández indica que la Canaco registra cada mes el cierre de dos o tres pequeños hoteles o negocios por la inseguridad, aunque también influye el incremento de la renta de locales.
Todo es un círculo trágico. Sargazo e inseguridad reducen la ocupación hotelera por la pérdida de turistas, y sin turistas no hay derrama. A ello se suma la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México, encargado no sólo del marketing, sino del control de crisis en el extranjero.
El Consejo Coordinador Empresarial de Playa del Carmen (CCE) se sumó a la bienvenida de la Policía Estatal, siempre y cuando mitiguen la violencia y la inseguridad.
“La situación aquí es más que obvia. Se trabaja y se vive con miedo, pero tenemos esperanza en que las autoridades se van a coordinar”, agrega María Elena Mata.