Chilpancingo.— El cierre de tiendas Oxxo en municipios de Guererro se extendió a Petatlán, ayuntamiento vecino a Zihuatanejo, donde desde el domingo 18 sucursales de la cadena suspendieron el servicio por amenazas de extorsión de parte de organizaciones de la delincuencia.

Desde la tarde del martes, las tres tiendas Oxxo que operan en la cabecera municipal de Petatlán cerraron por el mismo motivo que en Zihuatanejo: por la exigencia criminal de un pago para no ser atacados.

Petatlán está ubicado a unos 15 minutos de Zihuatanejo; ambos municipios están conectados por el comercio y el turismo: muchos del primer lugar trabajan en el segundo. Ambos son los principales municipios de la Costa Grande de Guerrero.

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De acuerdo con reportes de la Fiscalía General del Estado (FGE), ambos municipios son parte de una zona disputada por al menos dos organizaciones criminales: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras.

Esta nueva crisis de inseguridad debido a la extorsión comenzó la noche del domingo en Zihuatanejo. A la tienda ubicada en la plaza Kioto ingresó un hombre armado exigiendo el pago de una cuota mensual. Los empleados se negaron; dijeron que no tenían acceso al dinero. Entonces, el hombre disparó contra una de las empleadas, quien resultó herida de un brazo.

Tras este ataque, las 18 tiendas Oxxo de Zihuatanejo e Ixtapa cerraron por temor.

Ante esto, la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero informó que fueron detenidas ocho personas presuntamente vinculadas con la ola de extorsión que se vive en Zihuatanejo.

Ola imparable

La extorsión es un delito latente e incontrolable en Zihuatanejo. En mayo, tras el ataque y quema de dos unidades del transporte público, choferes suspendieron el servicio. Casi cuatro días, la ciudad se quedó sin el servicio.

Entonces, empresarios tortilleros cerraron los 50 establecimientos de venta por el mismo motivo: a sus negocios llegaron hombres para exigir un pago para no atacarlos.

En julio intentaron extorsionar a los transportistas de nuevo, pero esta vez la exigencia fue más hostil: asesinaron a un chofer y quemaron dos unidades.

Los transportistas suspendieron el servicio por falta de garantías de seguridad. El gobierno del estado anunció una operación entre militares y agentes estatales. Los transportistas retomaron el servicio, pero apenas iban unas horas cuando en pleno centro de Zihuatanejo hombres armados detuvieron una unidad, bajaron a los pasajeros y le dispararon en la cabeza al chofer.

En agosto, por lo menos siete casas de materiales de construcción cerraron por la extorsión.

Ante la falta de resultados para detener ese delito, integrantes de distintos gremios han tomado sus propias medidas, por ejemplo, los transportistas tuvieron que pactar con los criminales un pago para que pudieran trabajar con libertad.

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