Los inconformes dejaron adentro a una docena de trabajadores, quienes en un principio fueron retenidos, pero ya estaban por propia voluntad para resguardar el edificio, según explicó el alcalde.
En ese momento hubo un primer enfrentamiento con empujones que no pasó a mayores. Minutos después se registró la segunda confrontación cuando arribaron policías estatales y apoyaron a los huelguistas, arrojando gases lacrimógenos para replegar a los trabajadores de confianza.
Las autoridades municipales aseguraron que la actuación de los uniformados fue una agresión, pues los gases se lanzaron contra personas con discapacidad, mujeres e incluso ancianos.