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Acapulco.— Los reportes turísticos indican que Acapulco está a 36% de la ocupación hotelera, 34% por debajo de lo permitido en el color amarillo del semáforo sanitario; sin embargo, los visitantes que están llegando respetan poco las medidas sanitarias para evitar contagios: no portan el cubrebocas ni tampoco guardan la sana distancia.
Incluso hay desacato también en los locatarios, pues en los últimos días el ayuntamiento de Acapulco clausuró negocios de ropa, bares y restaurantes por no acatar las medidas sanitarias. Esto ha sido una constante; de acuerdo con el gobierno de Acapulco, desde marzo, cuando comenzó la pandemia, han clausurado 163 comercios.
La principal franja turística de Acapulco no luce llena como en otros años. La pandemia de Covid-19 mermó la llegada de visitantes a la mejor temporada vacacional para los acapulqueños. Sin embargo, tanto para los turistas como para los restaurantes, hoteleros y prestadores de servicios esta temporada es un respiro.
Por un lado, la mayoría de los turistas provienen tanto de la Ciudad de México como del Estado de México, Puebla y Morelos, donde sus gobiernos retrocedieron al color rojo del semáforo sanitario por el aumento de contagios y el incremento en la ocupación hospitalaria.
Con el rojo volvieron las restricciones y los cierres de comercios no esenciales como bares, discotecas y restaurantes. Muchos quisieron salir, pero otros muchos ya no pudieron: de acuerdo con la dirección de Turismo de Acapulco, tras el anuncio del regreso a rojo en estos estados se vinieron muchas cancelaciones en las reservaciones de hoteles, pero otro tanto decidió vacacionar y liberarse de las medidas restrictivas.
Acapulco desde hace 15 días fue declarado en amarillo, lo que significa un relajamiento de las medidas sanitarias. En playas como Papagayo, Tamarindo, Suave, Golfito y El Morro los turistas disfrutan de las playas como en cualquier otro año.
Se concentran en grupos de 10, otros de menos, pero sin preservar la distancia de metro y medio. El uso del cubrebocas es poco recurrido. Son pocos los que lo utilizan, los que caminan por la arena o disfrutan del clima con el rostro cubierto.
Y también es un respiro para los empresarios y los locales de Acapulco. Hasta este 30 de diciembre la expectativa no se ha cumplido, está lejos de 70% en la ocupación hotelera permitida. Sin embargo, después de tres meses de cierre todos los prestadores de servicios prefieren esto que nada.
El gobierno de Guerrero decretó el amarillo para Acapulco, Zihuatanejo y Chilpancingo para este fin de año con el propósito de que hubiera una recuperación económica; sin embargo, marcó restricciones para los que lleguen a celebrar el Año Nuevo al puerto.
De entrada, se canceló por primera vez en 20 años la gala de juegos pirotécnicos para recibir el Año Nuevo.
El argumento del gobierno de Guerrero fue la concentración masiva de personas en la bahía la noche del 31: unas 300 mil personas asisten, de acuerdo con cálculos oficiales.
Y la otra restricción comenzó este martes, a partir de las siete de la noche nadie puede estar en las playas hasta el 10 de enero, cuando la temporada vacacional concluya.
Pero las medidas restrictivas no sólo son para los turistas. En lo que va de la pandemia, se han clausurado unos 163 comercios por no respetar las medidas sanitarias ni el aforo permitido.
El último caso fue la madrugada del martes cuando el ayuntamiento de Acapulco clausuró un bar y un club de playa.
Al respecto, el gobernador, Héctor Astudillo Flores, advirtió que no se detendrán las clausuras para los que no respeten las medidas sanitarias.
Cuando anunció el paso de Acapulco, Zihuatanejo y Chilpancingo al amarillo Astudillo Flores dijo que era para equilibrar la salud y la economía tras el golpe que está provocando la pandemia en los comercios.
El gobernador advirtió que asumiría las consecuencias de ampliar los aforos.
Desde julio, cuando las playas de Guerrero fueron reabiertas luego de tres meses de estar cerradas, tanto Héctor Astudillo Flores como la presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, se quejaron de la falta de cumplimiento de los turistas con las medidas sanitarias e incluso llegaron a asegurar que tras cada fin de semana los contagios de Covid-19 aumentaban en el estado.