Chilpancingo.— La violencia en Chilapa no ha dejado fuera a la clase política. En el pasado proceso electoral en este municipio fue donde más precandidatos y candidatos fueron atacados y asesinados.
Las precandidatas a diputados locales del PRD y del PRI fueron asesinados; además, recientemente ocurrió lo mismo con los excandidatos de Morena a la alcaldía y a la diputación local y el precandidato a diputado federal Ranferi Acevedo.
En 2015, en plena campaña, fue asesinado el candidato del PRI a la alcaldía, Ulises Fabián Quiroz.
El último caso ocurrió este martes. Hombres armados asesinaron al exalcalde de Chilapa, Sergio Dolores Flores, dentro de su negocio en el barrio de San José.
Hace 12 días, su hijo, Ignacio Dolores Flores, fue hallado muerto sobre la carretera Chilapa-Ahuacuotzingo, con señas de balazos, de tortura y con manos atadas.
Ignacio Dolores, de 31 años, fue privado de su libertad un día antes de que fuera hallado muerto.
Sergio Dolores fue diputado local de 2005 a 2008 y después, de 2008 a 2012, alcalde de Chilapa; ambos cargos por el PRI.
De acuerdo con el reporte policiaco, alrededor de las 12:30 horas, hombres armados entraron a su negocio de materiales de construcción y le dispararon de forma frontal. Sergio Dolores era esposo de Edith Flores, actual primera síndica en el ayuntamiento de Chilapa y regidora en la anterior administración.
En la gestión de Sergio Dolores, en 2008-2012, en Chilapa comenzó a hacerse más visible la presencia de las organizaciones criminales, sobre todo la de Los Rojos.
Después del gobierno de Sergio Dolores, en Chilapa la violencia se desbordó. Según un informe especial sobre la situación en materia de personas desaparecidas y delitos vinculados que imperan en el municipio elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), de enero de 2011 a septiembre de 2018 fueron asesinados en la región 632 individuos.
El informe de la comisión también muestra cómo el horror ha aumentado: hubo 32 asesinatos en 2011; 26, en 2012; 35, en 2013; 25, en 2014; 115, en 2015; 104, en 2016, y en 2017 la cifra se disparó a 277 asesinatos.