Tras la partida de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional ( Sedena ) de las zonas devastadas por los sismos del pasado mes de septiembre, este miércoles se registró un saqueo en el albergue que se instaló en el estadio municipal de la Segunda Sección Xhavizende, en Juchitán , Oaxaca.
El sitio que aún resguarda a cinco familias que viven ahí, desde que el sismo derribó sus hogares, permanecía resguardado por los uniformados, pero cuando estos se retiraron de la zona, las familias quedaron a merced de los grupos de personas que a bordo de vehículos buscan robar las provisiones que quedaron almacenadas.
De acuerdo con el testimonio de uno de los damnificados que desde hace dos meses vive en el lugar, un primer intento de saqueo tuvo lugar la noche del martes, cuando un grupo de personas intentó ingresar por la fuerza para vaciar el lugar, sin embargo pudieron resguardar los víveres, casas de campañas y otros artículos para evitar que se los llevaran.
Anteriormente, argumentó el testigo, con la presencia de los elementos de seguridad, la gente podía habitar tranquila en los sitios públicos donde comen y duermen en casas de campaña; también se retiraron de la zona los empleados de gobierno que estaban a cargo del lugar, dejando a las familias sin protección.
La mañana de este miércoles, un grupo numeroso arribó al sitio e ingresó por la fuerza llevándose lo mismo comida, que colchones, casas de campaña y cobijas a bordo de vehículos particulares.
Aunque los integrantes de las cinco familias que viven en el albergue intentaron hacer frente a los saqueadores, éstos los superaron en número y no pudieron defender las cosas que hoy son su único patrimonio.
Hasta el momento, los habitantes del albergue siguen en estado de alerta por posibles saqueos futuros, mientras tanto, otros albergues como el instalado en el Instituto Tecnológico del Istmo, ya fueron puestos sobre aviso y temen que los actos delictivos se repitan, poniendo en peligro la integridad y subsistencia de las familias.
El retiro de las fuerzas armadas de ambos albergues sucedió desde el martes, sin previo aviso; también se desinstalaron las cocinas comunitarias y poco a poco han ido cerrando los sitios de resguardo para los damnificados, informaron los damnificados por el sismo de magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre. (Con información de Edwin Hernández)