Sus maestras decían que eran niños inquietos, distraídos, porque Alfredo Arturo y Juan Manuel Jiménez Valenciana ahora de 13 y 11 años de edad, parecía que se aburrían en clase, no esperaban su turno, siempre tenían levantada la mano para contestar primero las preguntas, y resulta que son superdotados, tienen un “IQ” coeficiente intelectual de 140 y 138, platica su madre Sandra Edith Valenciana Guerra.
También hacían una que otra travesura desde chiquillos. Recuerda que su hijito Alfredo, cuando estaba en segundo de Kínder de 5 años de edad, invitó a una fiesta por su cumpleaños.
Muestra la fotografía del mensaje que envió a un compañerito.
Apenas aprendía a escribir y, con letra cursiva, decía: Fiesta en mi casa. Una madre de familia Jina lo vio, se lo mandó y le preguntó a qué hora será porque no decía y tuvieron que improvisar el festejo.
Recuerdan que a los siete años aprendieron “a despejar la X” fue muy fácil, afirman ellos que no van a ninguna escuela, pues dos años antes de la pandemia del Covid-19 empezaron a estudian en casa.
Toman clases de física, álgebra, trigonometría probabilidad y estadística, ciencias exactas, química, algoritmos de información por bloque, células, biomoleculares…
Porque son muy inteligentes pues su coeficiente intelectual es superior al normal y ya van a entrar a profesional.
Sin embargo fue muy difícil sacarlos de la escuela cuando apenas estaban en segundo año de primaria, dice su mamá Sandra Edith, Licenciada en Derecho.
Ella es egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C) y especialista en psicología jurídica y forense por la Universidad Complutense de Madrid, España.
Casada desde muy joven con Juan Arturo Jiménez, de 40 años, ingeniero industrial, se hicieron novios desde los 14 años y llevan16 años de matrimonio.
Juan Arturo asienta con la cabeza y sonríe cuando le menciono que, según la Ciencia, la inteligencia la heredan los hijos de la madre. "Si es cierto", dice con voz apenas audible.
La familia es originaria del municipio de Sabinas, en la Cuenca Carbonífera de Coahuila.
El maestro de los hermanos talentosos es el doctor en Ingeniería Daniel Navarro, vecino de Nueva Rosita, quien los ha apoyado en todo.
Los niños aprendieron a leer a los cinco años, añade la madre, y durante la pandemia del Covid-19 cursaron la primaria en el sistema abierto en casa, por internet,
En solo dos meses terminaron la secundaria y resultó que son dos infantes superdotados que a su corta edad están por ingresar a la universidad.
Aún no han decidido si estudiarán en la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C) o en la Universidad Carolina, pero ya eligieron la carrera que cursarán:
Alfredo Arturo, el mayor quiere ser Físico Matemático y su hermanito Juan Manuel desea graduarse de Licenciado en Derecho, como su madre.
Ellos estudian y también practican deporte, hacen ejercicio y juegan Basquetbol y ajedrez.
Son dos infantes felices, sencillos nada presumidos que adoran a su madre, se nota como la miran, con ternura:
“A ella le encanta montar a caballo y le gusta el juego de béisbol” dice Juan Manuel el más pequeño.
Le agradece por ayudarlos, porque han batallado cinco años en contra del sistema educativo de Coahuila que no incluye apoyos a alumnos destacados como ellos requieren para avanzar grados.
“Gracias por apoyarnos en todo lo que hemos estado haciendo y gracias por tu paciencia”, le dijo.
Adelantó que este 10 de mayo le regalará una manualidad, también le promete dar todo su esfuerzo para ir a estudiar al extranjero a España, como ella.
Es un pequeño sonriente y se le ve contento, despreocupado.
Pide a los niños que aprovechen; “estudiar no cuesta nada, no pierdan el tiempo”.
Alfredo Arturo también les recomienda a los chavos: “estudien y échenle ganas porque si no estudian no pueden hacer una carrera y trabajar, se pierden del conocimiento, no deben desperdiciar el tiempo que ya no se recupera”, apunta.
Admiran su tenacidad para salir adelante. Frente a todo.
La orgullosa mamá promueve, en familia una iniciativa de decreto que sus hijos presentarán en el Congreso de Coahuila,
Para incluir en el capítulo de Educación Especial el termino de Sobredotación Intelectual, tendiente a para apoyar a niños y jóvenes superdotados.
El objetivo es rescatar los talentos porque se estima que el 3 % de la población es superdotada y los padres no lo saben, ni ellos tampoco.
Platica a “EL UNIVERSAL” que cuando sus hijos tenían 6 (y 7) años de edad los llevó al Centro de Atención al Talento (CEDAT) en Ciudad de México.
En los exámenes psicométricos, que son caros, además del viaje, salieron con coeficiente intelectual de 140 Alfredo el mayor, y de 138 Juan Manuel, el menor.
Dice que a los cinco años ya sabían leer y escribir y resolvían problemas básicos de matemáticas, para los seis años ya se habían aprehendido las tablas de multiplicar y los principios de algebra.
“Mis hijos tienen 53 puntos por encima de la media nacional que son 87 puntos del IQ, un 60 por ciento más de inteligencia de una persona común”, apunta Sandra.
A los 7 años, refiere, empezaron a estudiar por su cuenta en casa hasta los 12 años, edad mínima que pedía la Secretaría de Educación Pública (SEP) para acreditar la primaria, “por eso lo hicimos solos”.
Seguí buscando, para la secundaria encontré una Laguna en la Ley de Educación, en la "Dispensa de edad” que permite obtener el certificado de secundaria antes de los 15 años-
Lamentablemente no incluye a los superdotados, solo a deportistas, víctimas de acoso escolar o de bullying, por ejemplo.
Entonces recuerda que “se peleó con la SEP”
pero se la negaron
y buscó en Querétaro
donde hubo un niño al que le otorgaron la dispensa, pero aquí en Coahuila no consiguió nada.
La secundaria la terminaron en dos meses, con el certificado en automático con seguimos el pase (automático) a “La Prepa” pues el único requisito es haber concluido la secundaria.
En Bachillerato llevan 14 módulos de 22 y es el 70 por ciento de avance en cuatro meses.
Siguen tomando clases en línea en casa y ya presentaron examen de Admisión en la UA de C y la Universidad Carolina en los últimos de mayo les dan resultados.
La joven mujer de 40 años de edad, platica la odisea que vivieron para que las autoridades Educativas reconocieran que los menores tienen talento extraordinario, (que son mentes brillantes).
Batallaron, refiere, porque nadie sabía de eso pero gracias al Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA) lograron que revisaran su caso y cursaron la secundaria en 60 días.
Francisco Saracho Navarro, secretario de Educación en Coahuila aseguró a “El Universal” que los recibirá y platicará con ellos.
Sandra refiere que ella y su esposo estudiaron en la secundaria Técnica # 2 de Sabinas y su amiga Linda Guadalupe Morales les solía decir:
“Cuando ustedes se casen a sus hijos les van a salir chispitas, por la carga genética de la mamá” y la recuerdan siempre porque tenia razón y como dicen: tuvo voz de profeta.
Sostienen que ya empiezan a avanzar porque para empezar lograron crear la asociación civil Unidos por la Superdotación Intelectual
Con la cual pretenden encontrar ese 3 % de la población que puede ser súper dotada y lo encontraremos promoviendo la condición de Alfredo y Juan Manuel, afirma.
--¿Qué se siente tener no uno, sino dos hijos tan inteligentes? Inquiere el Gran Diario de México.
- “Una satisfacción enorme cuando ves que tus hijos que tienen una condición diferente a la de los demás niños
- “Cuando los ves sonrientes que juegan y platican como niños pero han obtenido un avance académico impresionante
“Me llena de orgullo, saber que van a sentar un precedente histórico en Coahuila
“Que están en un grupo muy selecto a nivel nacional donde no muchos niños han logrado ingresar a la universidad a corta edad”
Su desenvolvimiento, agregó, no solo por sus logros académicos sino por la felicidad que reflejan en su rostro y más ahora que ven que las autoridades están interesados en ellos
Cuando ven que es una realidad que puedan ser reconocidos en la Ley.
“Es un hecho que con apoyo del gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, como lo prometió van a tener acceso a una beca, a un apoyo para niños que son como ellos puedan estudiar, remarcó.