Uruapan.- Hipólito Murillo Echavarría , párroco de la iglesia de La Resurrección en la ciudad de Uruapan, Michoacán , sobrevivió al ataque a balazos del que fue víctima al interior de un estacionamiento público.
El sacerdote de la iglesia Católica recibió cuatro impactos de bala en diferentes partes del cuerpo y en las imágenes de una cámara de seguridad se ve cuando se levanta.
Los informes señalan que el religioso había retirado minutos antes dinero en efectivo de un cajero automático, ubicado a unas calles de donde ocurrió el ataque.
Un par de videos de las cámaras de seguridad del estacionamiento captaron el momento en el que el sacerdote ingresa por su vehículo y es víctima del ataque.
En las imágenes se ve ingresar al padre Poli –como es conocido- al estacionamiento ubicado sobre la calle Cupatitzio y en seguida a los sujetos que merodean.
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Uno de los delincuentes ingresa y el otro se queda en el acceso principal del estacionamiento.
En otro de los videos se ve al sacerdote de pie, a un costado de una camioneta; enseguida da unos pasos hacia delante y queda fuera del alcance de las cámaras.
A los pocos segundos aparece en la imagen el criminal, pero también el sacerdote que intenta huir del delincuente, aunque no lo logra y cae al suelo al recibir el primer tiro.
El sujeto no sabe qué hacer y regresa a rematar al párroco que sigue en el piso y quien se intenta defender con los pies. Eso molesta al criminal y le asesta otros disparos.
El delincuente se echa a correr hacia la salida del estacionamiento e increíblemente el padre Poli se levanta y camina a paso lento a pedir ayuda.
Ya en el hospital, el párroco de la iglesia de La Resurrección es grabado por otro sacerdote, quien dice: “Estoy con Poli. Está bien. Ahí lo ven”.
“Hola. Estoy bien, gracias a Dios y al Señor de Los Milagros. Fui a verlo, hace ratito, o sea que ya le debo dos veces salvar mi vida”, expresa el padre Hipólito Murillo Echavarría.
El religioso que lo acompaña revela que el padre Poli recibió un disparo en el brazo, un rozón en la cara y dos disparos en los pulmones.
“Una bala es la que tiene más perjudicial, pero está bien en lo que cabe. Ahorita va a ser recuperación para él”, dice el sacerdote ante el párroco sobreviviente.
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