Tuxtepec.— La es un proyecto turístico de vocación comunitaria de la Cuenca del Papaloapan oaxaqueña que integra a 18 localidades de 11 municipios ricos en manantiales, balnearios y ríos casi vírgenes.

Comenzó en 2008, pero no se ha podido consolidar debido a que no ha sido prioridad de los gobiernos estatales, según denuncias de los actores comunitarios, y solamente ha sobrevivido gracias a los esfuerzos individuales de las localidades involucradas en la parte norte de Oaxaca, han señalado por años los participantes en el proyecto.

Mirna Vargas Delgado, quien comenzó la iniciativa hace 15 años, afirma que durante el sexenio de Alejandro Murat el proyecto fue relegado porque su prioridad “nunca fue la Cuenca del Papaloapan en el sector de servicios”, y los apoyos se centraron únicamente en ventanillas de información para comercializar tianguis turísticos.

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“Se intentó relanzar el proyecto en 2016, pero no hubo respuesta. Con el gobierno de Salomón Jara hay un compromiso con Turismo estatal de volver a reunir a los representantes de las rutas de Oaxaca y generar un diagnóstico que pueda incrementar la visibilidad de los paraísos que tenemos en Oaxaca y que no se conocen como se debería a nivel nacional”, puntualiza.

Vargas Delgado explica que la Ruta de la Chinantla no maneja recursos y tampoco percibe apoyo económico del estado: “Para mantener vigente la idea de recibir visitantes en los balnearios, ríos y manantiales que son el gran potencial del Papaloapan, las comunidades han tenido que buscar proyectos federales e intentar especializarse en autogestión para mantener vigentes sus atractivos turísticos”.

Sin embargo, con el paso de los años los apoyos que han recibido las comunidades se han ido diluyendo ante la falta de capacitación constante, detalla.

Algunas comunidades han bajado recursos del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), así como de su antecesora, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

“Las localidades a nivel regional están muy identificadas, mucha de la gente que viene es de Veracruz o Puebla, pero no ha habido un aparato de promoción para mostrar la belleza de los ríos que tienen características únicas. A pesar de la falta de apoyo del gobierno estatal, las actividades nunca se han detenido, disminuyeron durante la pandemia, pero desde noviembre de 2020 la afluencia ha venido aumentando”, indica Mirna Vargas.

Subraya que las estrategias de promoción tienen características individuales y, principalmente, se dan a través de redes sociales, donde las personas interesadas son canalizadas con los prestadores de servicios o guías comunitarios, los cuales casi siempre viven dentro de los pueblos de la zona.

La Ruta de la Chinantla está integrada en parte por Tuxtepec, San José Chiltepec, Santa María Jacatepec, El Zuzul, Vega del Sol, Valle Nacional y San Mateo Yetla, todas comunidades cuyos ríos desembocan en el Papaloapan y hacen periferia con la carretera federal 175 hasta Santiago Comaltepec, por lo que todas son de fácil acceso.

También están Cerro Pelón, La Esperanza, San Pedro Ixcatlán, Acatlán, Mil Islas, Cerro Quemado, San Miguel Soyaltepec y San Miguel Soloyoapan.

Todas estas comunidades se encuentran habitadas por los pueblos chinanteco y mazateco, y existe una amplia presencia de personas afrodescendientes, cuya mezcla cultural crea un mestizaje que se refleja en la gastronomía y los atractivos culturales ligados a las celebraciones al río y a la naturaleza tropical de esta región oaxaqueña.

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