Pachuca.- Leonor Ramírez Vera madrugó; tuvo que levantarse a las 05:00 horas para salir en autobús desde Zacualtipán a Pachuca , donde tenía programada su consulta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a las 08:00 horas, pero ahí también tendría que esperar por más de 8 horas para su medicamento.
Leonor cuenta que no importa el tiempo que tenga que pasar sentada en la sala de reumatología, pues el Seguro Social ha salvado su vida.
“¿Se imagina que haría sin mi medicina?, me muero, no me quedaría de otra. Me ponen unas inyecciones que cuestan 18 mil pesos, 'Abatacept' y unas pastillas que salen en cuatro mil, de donde yo tendría dinero para eso de manera mensual, que es lo que me duran las medicinas”, declaró.
Para Leonor, levantarse temprano y esperar su consulta y su medicamento vale la pena. “Nosotros debemos ser dobles pacientes, primero porque buscamos atención médica y después porque debemos ser pacientes para esperar”, refirió.
Son más de las 15:00 horas y el calor de la calle traspasa hasta el hospital. Los pasillos están llenos de pacientes; algunos esperan consulta y otros su receta para el medicamento. En una silla del área de reumatología se ubica Leonor.
Con la bolsa colgada al hombro donde guarda lo más valioso para ella, como sus documentos, carnet de derechohabiente y sus recetas médicas, cuenta que desde hace cinco años fue diagnosticada con artritis reumatoide, el pequeño dolor en los huesos de la mano que empezó a sentir una mañana al tocar agua fría, fueron la luz de alarma.
“Yo tengo una hermana que tiene esta enfermedad, ella ya está muy mal, tiene una prótesis en la cadera, dolor en todo el cuerpo y la pérdida de un ojo. Cuando yo sentí los dolores en la mano y en los pies dije, 'es eso'”, refirió.
Lamenta que su hermana no contara con seguridad social, por lo que que después de dos años, un familiar la pudo asegurar y eso le ha permitido solventar los gastos; sin embargo fue demasiado tarde ya que su padecimiento avanzó de manera grave.
La experiencia de su hermana fue el detonante para que, ante los síntomas de su enfermedad, Leonor decidiera buscar alternativas; la única que encontró por falta de recursos fue el Seguro Social.
Decidió entonces acudir a consulta donde recibió el diagnóstico. Desde entonces, dice, su medicamento no le ha fallado. Leonor ha escuchado en las noticias que algunos estados no tienen medicina y ruega porque en Hidalgo no pase lo mismo.
“Aquí he recibido atención para todos mis padecimientos que son diabetes, tiroides e hipertensión, además de la artritis, y para todo me han dado medicina por eso espero que aquí no falte”, señaló.
La artritis le ha ocasionado que no pueda realizar todas sus actividades. “Yo me dedico al hogar, pero ya no puedo hacerlo bien, limpiar significa que me dure el dolor dos meses”, apuntó.
El medicamento, comenta, le mitiga la molestia y evita que avance el padecimiento.
Ella espera que por la noche llegue a su municipio que se encuentra a 95 kilómetros de la capital. “Vengo en autobús pero para eso también me pagan mi pasaje aquí en el Seguro, me dan una hoja que entregó en la central camionera a cambio de mi boleto y el de un acompañante. Así que imagínese todos los gastos los absorben ellos”, dijo.
En esta clínica todos los pacientes consultados coincidieron que el medicamento no ha faltado, y si no lo hay, aseguran, la dependencia lo resuelve.
afcl