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Culiacán, Sin
.- Los rostros de los desaparecidos son plasmados en bardas de edificios del centro de la ciudad para visibilizar el dolor y la angustia de sus familias que no ceden en su búsqueda, incluso en la morgue, o en fosas clandestinas.
Con pintura de color negro, pinceles y diseños previos, las activistas del grupo de rastreadoras , denominadas “ Sabuesos Guerreras ” , plasmaron las imágenes de sus seres queridos en una de las paredes del edificio donde se ubica el periódico Noroeste .
Los rostros de los policías municipales de Culiacán, José Antonio “N” y Josima “N”, reportados como levantados por grupos armados , con tres días de diferencia, en enero del 2017, forman parte de la exhibición pública de las desapariciones.
Maria Isabel Cruz
, madre del policía Josima, quien encabeza al grupo de activistas, promueve entre los propietarios de inmuebles permisos para poder pintar los rostros de los cientos de personas que permanecen en calidad de desaparecidos .
Dio a conocer que se quiere ubicar en la capital del estado los espacios más vistos, para dibujar en cada uno de ellos los rostros de los hombres y mujeres cuyo paradero se desconoce, pese a que sus familias han interpuesto las denuncias respectivas.
La activista externó que es necesario concientizar a la sociedad de lo que sucede en esta entidad, ubicada en el cuarto lugar nacional con el mayor número de desaparecidos , a fin de que haya una reacción y exija a las autoridades el esclarecimiento de cada uno de sus casos.
Acompañadas de un grupo de madres, hermanas y esposas de las víctimas, con donativos en especie, sobre todo de pintura, reflejaron los rostros en una de las paredes del edificio del medio de comunicación, ubicado en la calle Angel Flores, del centro de la ciudad.
La señora Cruz recordó que entre el 23 y 26 de enero del 2017, en la capital del estado, grupos armados privaron de la libertad al Supervisor Operativo de la Policía Municipal , Irael “R” y a los agentes, José Antonio “N” y Josima “N”.
Sólo en el caso, del Supervisor Operativo , fue posible descubrir sus restos en una fosa clandestina , los cuales, a petición de su familia, fueron sometidos en dos ocasiones a exámenes de genética forense, con el fin de validar su identidad.
Destacó que en esta entidad, se tiene un registró de más de cuatro mil 500 personas en calidad de desaparecidas , cuyas familias mantienen un verdadero viacrucis, entre dependencias, hospitales, cárceles e incluso morgues en un intento por localizarlos.
María Isabel Cruz observó que las familias se han echado a cuestas la búsqueda de sus seres queridos, en fosas clandestinas, ante la pasividad de las autoridades por investigar cada uno de los casos que son denunciados .
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