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Zacatecas.— Después de dos años, miles de cofrades regresaron a la escenificación de las tradicionales Morismas de Bracho, considerada la obra de teatro de calle más grande del mundo, en la cual participan entre 15 mil y 20 mil actores voluntarios.
Este evento tiene más de 190 años de tradición y durante cuatro días, miles de zacatecanos participan en la escenificación de batallas entre “moros y cristianos”, ocurridas en Europa en los siglos VII y XVI.
La festividad religiosa ha tomado mayor relevancia en las últimas décadas, ya que se centra en el martirio de San Juan Bautista. A la par, también se realiza la escenificación de las cruzadas, con el pasaje de Carlo Magno y los 12 pares de Francia, así como la representación de la Batalla Naval de Lepanto, de 1571.
En 2014, la Legislatura local declaró a las Morismas de Bracho patrimonio cultural inmaterial, por ser una de las expresiones populares presentes en el desarrollo de la vida de los zacatecanos.
Además, en 2012, la Cofradía de San Juan Bautista recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo de las artes y tradiciones populares.
A lo largo de casi dos siglos de festividades, nunca se habían interrumpido, hasta 2020, con la llegada de la pandemia por Covid-19. Sin embargo, este año la algarabía regresó a los Lomeríos de Bracho, donde desde el jueves comenzaron los campamentos de familias enteras.
Entre ellas, los cargos y vestimentas se heredan para poder participar en estas escenificaciones, que concluyeron este domingo, al conmemorar la muerte de San Juan Bautista.
Para evitar riesgos en los desfiles y en la representación de las batallas campales, este año hubo control en la venta de pólvora, ya que son miles los cofrades que cargan sus escopetas, ya sea que formen parte del ejército cristiano o del ejército turco.
Mientras los espectadores disfrutaban la representación desde las faldas de los cerros, decenas de fieles llegaban de rodillas a la iglesia de san Juan Bautista para cumplir sus mandas.
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