Reynosa, Tamaulipas.- Jefferson López de diez años y originario de Honduras , no entiende a ciencia cierta el motivo por el cual salió de su país o porqué su mamá decidió emprender una travesía con tanto peligro para llegar a Reynosa, pero dice sentirse feliz ya que al fin tiene una cama para dormir y un techo del cual guarecerse, sobre todo ahora que el termómetro registra cero grados centígrados.
Este pequeñito, al lado de su madre y dos de sus hermanos, arribaron a esta frontera tamaulipeca hace dos meses con la esperanza de que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza revise su documentación y puedan darles asilo ya que en su país, la inseguridad les arrebató la oportunidad de tener mejores condiciones de vida.
Jefferson, vivía en una casa de campaña instalada a las afueras del albergue Senda de Vida donde tenía que soportar primero, el intenso calor, posteriormente la lluvia y el hacinamiento ya que debía compartir su hogar temporal con una familia más.
"No estaba bien, no teníamos nada, dormimos en el piso y a veces estaba mojado. Yo quería quedarme en Honduras, pero había mucha pelea, mi mamá nos sacó y ahora estamos aquí, pero no me gusta", asegura el pequeño mientras forma figuras con alguna plastilina que le obsequiaron.
Jefferson y su familia, pudieron resguardarse de la ola gélida que azota esta frontera gracias a que el ayuntamiento de Reynosa, habilitó como albergue el edificio que servía como Casa del Adulto Mayor por lo que ahora, cuenta con una habitación donde dormirá con su madre y hermanos, cada uno, en una cama, lo que lo llena de felicidad.
"Esta es mi cama, me dieron una cobija y un cobertor, ya no voy a tener frío, ni voy a dormir en el piso. Mi mamá tiene otra cama y mis hermanos también", cuenta mientras señala los espacios donde podrán dormir tranquilos.
El edificio de la Casa del Adulto Mayor en Reynosa, se convirtió en el hogar temporal de los migrantes que vivían en casas de campaña sobre el bordo del río Bravo pues el frente frío 19, llegó a esta frontera provocando un descenso en la temperatura de hasta cero grados centígrados.
El alcalde Carlos Peña Ortiz, aseguró que se privilegió la entrada de mujeres, niños y familias completas ya que por el momento, se cuenta con 120 espacios con camas y colchonetas, pero que en caso de ser necesario, se puede ampliar para que puedan ingresar hombres solteros.
"La comida es gracias a muchas organizaciones no gubernamentales que están apoyando a la Casa Senda de Vida y por medio de ellos, podrán contar con tres alimentos, así como estar resguardados del frío para que no presenten problemas de salud".
Dijo que el Gobierno del Estado hizo llegar 2 mil 500 cobertores, así como camas hospitalarias, medicamento y se instruyó para que los Hospitales Materno Infantil y General, puedan recibir y atender a migrantes que presenten alguna enfermedad ante la ola gélida.
El alcalde realizó recorridos por las zonas vulnerables de la ciudad a fin de llevar ayuda a las familias de la periferia y además, para detectar a personas en situación de calle.
Pidió a la ciudadanía que reporte si alguna persona requiere ser trasladada a uno de los cuatro albergues temporales que se encuentran en diversas zonas de la ciudad, a fin de que no expongan su vida y no se registren fallecimientos a consecuencia de las bajas temperaturas.
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rdmd