Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
Óscar Rentería Schazarino, ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el nuevo secretario de Seguridad en Sinaloa
San Luis Potosí.— Escondido entre las calles del Centro Histórico de San Luis Potosí se ubica un emblemático lugar conocido por los potosinos como el Callejón del Buche, que cada Viernes de Dolores se viste de blanco y morado para conmemorar el sufrimiento de la Virgen María por el luto y la muerte de Cristo.
Desde temprano, los habitantes de la calle Altamirano, que se localiza cerca del Mercado República , se preparan con adornos blancos, morados y negros para ataviar la calle y sus casas de luto.
Frente a sus fachadas instalan altares de Dolores, donde colocan imágenes de Cristo en la procesión del silencio, María enlutada, naranjas y ramas de manzanilla para recibir a visitantes nacionales y extranjeros que buscan vivir la experiencia en el Callejón del Buche.
A lo largo del callejón del Barrio de Santiago, los habitantes del área colocan cerca de 400 altares desde hace más de 125 años. Los potosinos alistan grandes cantidades de aguas frescas de sabores para repartir a quienes visitan sus altares, pues estas bebidas simbolizan las lágrimas que derramó la Virgen cuando Cristo murió crucificado.
Actualmente, además de agua, las personas regalan paletas de hielo o de caramelo, así como nieve a quienes visitan sus creaciones de arte sacro, con el objetivo de mitigar el calor y convivir con los asistentes.
Toda una vida entre altares de Dolores
Virginia Gonzales nació y creció en el Callejón del Buche; desde su infancia, por sus papás y abuelos, aprendió que cada Viernes de Dolores debía regalar reliquias a quienes lo visitaran para así venerar a la Virgen María y el sufrimiento de su hijo. Por más de 20 años, ha colocado frente a su casa un altar de tres pisos, en donde destacan diversos cuadros de la Virgen María, flores hechas de papel, así como una serie de figuras de madera y cerámica de la Pasión de Cristo.
Virginia comentó que mantener esta tradición es importante, pues ha pasado de generación en generación en su familia y en la comunidad, pues sus vecinos, al igual que ella, le han enseñado a sus hijos y nietos a preservar la colocación del Altar de Dolores.
“Yo les enseño a mis hijos, a mis nietos y a todos ya para que se vayan acostumbrando a que es una tradición, que se dan reliquias”, dijo.
Refirió que, aunque el Altar de Dolores se puede realizar de diferentes maneras, por tradición se deben colocar flores; papel picado morado o negro para conmemorar el luto; elementos en color blanco que simbolizan la luz, así como la manzanilla que se pone por el olor y representa la santidad de Dios, y elementos en color dorado que representan las monedas por las cuales fue vendido Cristo.
Una tradición reconocida
El Callejón del Buche y los altares de Dolores que se colocan durante la Semana Mayor fueron nombrados Patrimonio Cultural del Municipio de San Luis Potosí por el cabildo de la capital durante la sexta sesión ordinaria de la Mesa Colegiada, que se celebró el 9 de abril de 2022.
Luego del nombramiento, Enrique Galindo Ceballos, presidente municipal de San Luis Potosí, destacó que la decisión del cabildo para elevar esta tradición otorgaba el reconocimiento que se merecían las familias potosinas que comparten las costumbres religiosas y generan a su vez cohesión social, así como memoria histórica.
A partir de este 2024, el gobierno municipal de San Luis Potosí, a través del área de Patrimonio Cultural y Conservación, inició un registro de imágenes religiosas que se instalan en los altares del callejón, debido a que algunos tienen más de 100 años y están hechos con elementos artesanales como hueso, cabello humano y madera, entre otros.
¿Por qué recibe el nombre de El Callejón del Buche? Virginia contó que hace muchos años comenzaron a vender carne en la zona y posteriormente tacos de buche, los cuales se popularizaron y de decir “vamos por unos tacos de buche al callejón”, la gente comenzó a decir “vamos al Callejón del Buche por tacos”.