Múzquiz.— Luego de que el agua inundara la mina de carbón siniestrada en Rancherías, Coahuila, los equipos de rescate intensificaron acciones para bombear el líquido, pero a más de 24 horas del derrumbe no han podido desaguar el yacimiento para poder rescatar a seis de los siete trabajadores atrapados.
Ayer, rescatistas localizaron el cuerpo sin vida de Mauricio García Cortés, de 54 años, en el diagonal 5, de la mina Micarán, donde más de 300 elementos de equipos de rescate trabajan para hallar a los seis que faltan.
Este sábado se incorporó una segunda bomba de mayor dimensión para la extracción de agua, lo que permitió acelerar el desagüe; mientras tanto, máquinas retroexcavadoras ayudan a quitar toneladas de escombro de los “caídos” que taponearon los túneles e impiden pasar a buscar a los carboneros.
El gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, estuvo en la zona del desastre para supervisar las acciones de rescate, acompañado por la secretaria del Trabajo federal, Luisa María Alcalde, y la titular del Trabajo estatal, Nazira Zogbi Castro, además de autoridades de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), Economía (SE), de la Guardia Nacional (GN) y de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
La mina pertenece a la empresa Micaran, S.A. de C.V., propiedad de Gerardo Nájera.
De acuerdo con la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía federal, la concesión corresponde a Miguel Guadalupe Sepúlveda Rangel y Arnoldo Ramos Villarreal.
El gobierno de Coahuila informó que la última inspección de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) fue realizada el 20 de octubre de 2020.
Familiares de la media docena de mineros atrapados se postraron afuera de la mina, donde realizan oraciones y piden que ocurra un milagro y sigan vivos.
Hasta ahora se conoce que el minero fallecido Mauricio García Cortés era originario del ejido La Cuchilla, del mineral de Paláu, en Múzquiz. Su cuerpo fue trasladado a una funeraria de ese lugar, donde le practicarían la necropsia de ley para determinar las causas del deceso.
Jesús Rodríguez Ríos, de oficio palero (responsable de verificar que vayan apuntalando la mina) asegura que eran 17 los hombres que estaban laborando.
Relató que el viernes a las 12:50 estaban entre los diagonales 4 y 5, cuando escucharon como un estruendo o un tronido muy fuerte que derrumbó la pared y le siguió la inundación, lo cual los agarró de sorpresa.
Afirmó que él reaccionó rápidamente y, junto con su ayudante, lograron que se salvaran otros 10 mineros, “pero se me quedaron siete”, lamentó. Rodríguez confía en que sus compañeros hayan podido trepar y resguardarse.
La Organización Familia Pasta de Conchos acusó que desde hace siete meses denunciaron ante el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, las condiciones de la mina donde el viernes quedaron atrapados siete trabajadores.
En respuesta, ayer la CFE emitió una nota informativa en la que lamentó el accidente y desmintió que la mina donde ocurrió el accidente en Coahuila sea proveedora de carbón de la dependencia, por lo que, indicó, “en consecuencia, era imposible que su director estuviera enterado del estado de la mina”.