Chilpancingo.— De la situación del reportero Jesús Pintor Alegre y los dos administradores de la página de noticias Escenario Calentano, Fernando Moreno Villegas y Alan García Aguilar, hay una certeza: que están desaparecidos .
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¿Quién los privó de su libertad? ¿Cuándo? ¿De dónde se los llevaron? Son preguntas que nadie ha podido responder. Todo lo que se sabe es escueto. Apenas unos datos van surgiendo.
Las autoridades se han mantenido herméticas; el gobierno de Guerrero ha guardado silencio, mientras que la Fiscalía General del Estado (FGE) se vio obligada a informar hasta que la Comisión Estatal de Derechos Humanos y reporteros se manifestaron para exigir la presentación con vida del reportero y los dos administradores.
La FGE apenas informó ayer que la Fiscalía Especializada en Materia de Desaparición y Búsqueda de Personas encabeza una operación para localizarlos, junto con el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal.
Sin embargo, los reporteros exigieron la presentación con vida de sus compañeros con cautela, tratando de que la exigencia no aumente el riesgo.
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Tierra de silencio
Donde sí hay silencio profundo es en la Tierra Caliente. Ni las familias de las víctimas ni reporteros se han atrevido a decir una sola palabra. Y no es para menos, existe una alta posibilidad de que al reportero y a los dos administradores los hayan privado de su libertad integrantes de La Familia Michoacana, el grupo que ha logrado la hegemonía con el apoyo del poder político y económico de la región.
Esa hegemonía la han dejado clara durante muchos años, pero en los últimos meses la han subrayado con su marca: la violencia. Las autoridades señalan a La Familia Michoacana como responsable de l a masacre del 5 de octubre de 2022 en el municipio de San Miguel Totolapan, donde asesinaron a 23 personas, entre ellas el alcalde Conrado Mendoza Almeda, y a su padre, el expresidente municipal Juan Mendoza Acosta.
Sobre el reportero y los administradores lo que se sabe es que pudieron ser privados de la libertad entre el 26 y 27 de diciembre de 2022, hace unos 15 días.
Las desapariciones se pudieron haber mantenido más tiempo ocultas. El pasado lunes, la publicación de un video rompió el cerco.
En la grabación se observa a los dos administradores de la página de noticias encadenados de manos y pies. Dicen —o los obligaron a decir— que están asumiendo las “consecuencias” por las publicaciones que hicieron contra “éstas y de diferentes personas de la Tierra Caliente de Guerrero, Michoacán y el Estado de México”.
El video fue subido en la página que administran Fernando Moreno y Alan García.
Las publicaciones en Escenario Calentano son críticas contra integrantes de La Familia Michoacana y también contra alcaldes y funcionarios de los distintos municipios que integran la Tierra Caliente.
¿A qué “personas” molestaron las publicaciones del Escenario Calentano?, ¿a los integrantes de La Familia Michoacana?, ¿a los funcionarios?
O a todos, porque la Tierra Caliente desde hace más de un década se convirtió en un lugar de hostilidad para los comunicadores.
El margen para hacer periodismo es reducido, mínimo. Siempre se está en el filo, porque los criminales, junto con el poder político y económico, tienen el control de casi todo.
El mayor control está en el comercio: imponen proveedores, precios, distribución y además los extorsionan.
En una ocasión, un periódico local publicó una nota denunciando el aumento de un producto sin autorización oficial.
El comerciante se quejó con el grupo delictivo y éste llamó al reportero para exigirle que no volviera a publicar una nota que estorbara en sus negocios.
Así se trabaja y vive en la Tierra Caliente de Guerrero.
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