El gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, confirmó el traslado de reos del penal San Miguel de la ciudad de Puebla, donde hace más de dos semanas apareció el cuerpo de un bebe, a penitenciarias de otras entidades debido a que pretendían controlar el Cereso.
Molesto por lo que llamó “filtraciones” a medios, el mandatario morenista dijo que reos (sin precisar el número) fueron enviados a Centros de Readaptación Social estatales de Chiapas y Oaxaca; y un interno a un penal federal en Durango.
“Tuvieron desempeños de riesgo recientemente en el reclusorio de San Miguel y bajo consideración de la Subsecretaría de Reclusorios de la Secretaría de Seguridad Pública pues se solicitó este cambio porque sí querían o han querido poner condiciones en la forma en que se manejan los reclusorios”, dijo.
En su conferencia de prensa diaria, Barbosa reconoció que los reos sacados intentaban controlar la penitenciaría y expuso que no van a permitir transgredir ni acordar nada que violente la ley, aunque expuso que respetarán los derechos humanos y las libertades.
Durante el fin de semana y en medio de un fuerte operativo compuesto por agentes estatales y federales, se llevó a cabo en el penal de San Miguel de la ciudad de Puebla para el traslado de reos peligrosos a otras penitenciarias.
De acuerdo con versiones policiales, fueron entre once y 24 los internos considerados de alta peligrosidad los que fueron sacados del recinto. No hay versión oficial.
En ese sentido, el gobernador lamentó las versiones y filtraciones de servidores públicos “desleales” en torno al traslado de reos.
“Entregan documentos que ellos manejan y los entregan maliciosamente para ser publicados, toda esa información que puede ser conocida, pero no es asi el método, hay que ser muy cuidadosos en el desempeño de nuestras profesiones”, advirtió.