Morelia.— Audelina García Leal es habitante de la tenencia de Capula , en este municipio michoacano. Hace 20 años, vio partir al quinto de sus 10 hijos a Estados Unidos ; desde entonces, Gonzalo Leal García no ha dejado de mandar , las cuales permitieron a la familia salir adelante cuando enfermaron de Covid.

La mujer, quien es alfarera, platica a que a pesar de las complicaciones por la pandemia, su muchacho —como le llama— no ha dejado de enviarle sus dólares. Menciona que por su avanzada edad y la de su esposo, es vital el dinero que les manda Gonzalo.

Esas remesas, cuenta, las utiliza para comer y, cuando es necesario, para comprar medicamentos para ella y su esposo.

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“Siempre tiene sus fechas para mandarme dinero; me manda lo suficiente cuatro veces al año: para mi cumpleaños, para Navidad, el Día de la Madre y, en junio, el Día del Padre . Lo que manda es para todos en la casa y para los dos: mi esposo y yo”, enfatiza.

Afirma que ese dinero le permitió viajar a EU para visitar a su hijo, después de 18 años, y conocer a sus nietos, ya que Gonzalo permanece como extranjero en situación migratoria irregular.

“Es una bendición”

“El [hijo] que está más lejos es el que más cercano está a nosotros, porque es el que más nos procura”, dice doña Audelina.

“Él se fue a buscar la nueva vida, porque aquí no se puede. Al año, a los meses de que se fue, se fue su esposa y ya formaron la familia allá, y ya se quedaron allá para ayudarse y ayudarnos”.

Cuenta que varios miembros de su familia, incluidos ella y su esposo, se contagiaron de Covid y lograron salir adelante gracias al apoyo económico de su hijo.

Resalta que aunque Gonzalo también estuvo enfermo de Covid-19, no dejó de mandarles remesas, y ello les ayudó para seguir con un ingreso estable.

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“Si no, imagínese qué hubiéramos hecho con tanto gasto, porque desde que mi esposo se enfermó, ya no pudimos ni terminar la casita”, menciona.

La mujer, orgullosa de su hijo migrante, sostiene que la ayuda que le llega desde hace 20 años le permitió también sacar adelante a sus hijas e hijos menores.

De ahí, señala, que “las remesas son una bendición”, resultado de la ordeña de vacas que de las cuatro de la mañana a las seis de la tarde realiza su hijo para mantener a su esposa, sus tres hijos, que viven con él en EU, y a sus padres, en Michoacán .

La mujer, de avanzada edad, recuerda que antes de migrar, Gonzalo trabajaba en las labores del campo, igual que sus hermanos, pero no era suficiente para una familia con 10 hijos, a pesar de que ella hacía artesanía en barro. Ahora, asegura, la labor en el taller de alfarería de su hija es solamente un complemento para sus gastos cotidianos.

Recuerda que en 2020, cuando pudo viajar a Madera, California , la emoción de ver a su hijo después de 18 años fue tan grande que decidió no llorar: “Todos lloraron y yo dije: ‘Yo no vengo a llorar. Vine a abrazarlos con mucho gusto y amor, no a desperdiciar mi momento de alegría’”.

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Los datos

Como el hijo de Audelina, más de 4 millones de michoacanos viven en Estados Unidos, de acuerdo con información de la Secretaría del Migrante en la entidad. Cifras del Banco de México ( Banxico ) indican que de enero a noviembre de 2021 se enviaron a Michoacán más de 4 mil 780 millones de dólares en remesas.

También revelan que, en municipios de ese estado, la recepción de remesas se disparó considerablemente en 2020 en comparación con 2019.

Algunos de esos sitios son conocidos por la amplia y documentada presencia del crimen organizado. Los municipios que registraron un mayor incremento en remesas fueron Salvador Escalante, que en 2019 recibió 19.7 millones de dólares y en 2020 de 30.7 millones de dólares, un aumento de 55%, y Tacámbaro también subió de 58.4 millones de dólares en 2019 a 78.1 millones de dólares un año después.