La Paz, Baja California Sur., 15 de junio.-
Con guantes, careta y cubrebocas, miles de sudcalifornianos reiniciaron este lunes actividades en hoteles, restaurantes, y otros comercios luego de las restricciones por la pandemia de COVID-19.
Con un total de 488 casos activos, 53 defunciones y un acumulado de 973 positivos a COVID-19, la entidad pasó del semáforo rojo al naranja.
Este lunes se pudieron observar a muchas más personas en la calle y en los comercios, grandes o pequeños, sobre todo en los esenciales como supermercados.
Las grandes cadenas comerciales siguieron con sus protocolos, gel antibacterial, personal de seguridad ordenando el acceso y la gente ubicándose en las marcas en el piso para entrar, tomando los carritos sanitizados.
En el malecón de La Paz, incluso desde el domingo a mediodía el presidente municipal hizo el protocolo de apertura, para automovilistas y ciclistas, y pidió prudencia.
Aún no se abrirán las zonas recreativas para pasear, a fin de evitar aglomeraciones. Las 22 playas tendrán un aforo del 30 por ciento que, según dijo, se verificará y hará cumplir, pero la emblemática Playa Balandra, frecuentemente visitada por miles de turistas residentes o extranjeros tendrá que esperar. Permanecerá cerrada.
Es lunes de quincena a mediodía, Guadalupe Fernández es gerente de uno de los restaurantes de la zona dorada del malecón que sí abrió con toda la actitud y los protocolos.
Los meseros portan caretas y cubrebocas, el menú está en un código QR, la mesas separadas. Ya algunos comensales llegaron, pero apenas ocupan unas cinco mesas.
“A estas horas, ya casi la hora de la comida, antes de la pandemia y en quincena, aquí ya tendríamos bastante movimiento. Hoy son otros tiempos”, platica.
Una importante circulación en la avenida costera Álvaro Obregón y en las principales calles de La Paz, pero poca gente al menos en el arranque, en la zona turística y restaurantera.
En Los Cabos, la Asociación de Hoteles informó que tienen disponibles 6 mil cuartos de hotel, que presenta el 30 por ciento del inventario, y saben que la recuperación no será fácil ni rápida; sin embargo, la prioridad es, comentó la presidenta del gremio, Lilzi Orcí, “que los turistas se sientan seguros”.
En Cabo del Este, en la localidad de Cabo Pulmo, famosa por el Parque Marino Nacional con sus arrecifes de coral, más de una decena de prestadores de servicios turísticos, cabañas, y pequeños restaurantes definitivamente decidieron esperar, y dijeron no estar aún en condiciones de operar, falta adecuar instalaciones y mayor capacitación.
Judith Castro Lucero, restaurantera en la zona, expresó que no consideran prudente abrir aún, porque los contagios avanzan rápido en la entidad, y el Centro de Salud más próximo a ellos está a 30 kilómetros.
Así han transcurrido las primeras horas de reactivación económica en Baja California Sur, donde todavía grupos de médicos se manifiestan en redes sociales y en las calles del municipio de Comondú, solicitando equipamiento y denunciando jornadas extenuantes atendiendo a pacientes COVID, o bien, donde restauranteros lo mismo se aventuran a abrir y atender a la poca clientela que se anima a salir o donde varios optan por esperar un poco más a que ceda la pandemia...