Ciudad Juárez.— Por haber migrado de sus países de origen junto con sus padres, cientos de niñas y niños no tuvieron acceso a la educación .
Ahora, más de 400 menores, en su mayoría centroamericanos, han podido regularizarse en Ciudad Juárez .
En el albergue migrante, habilitado en el gimnasio municipal Kiki Romero, se creó un espacio para menores migrantes donde tienen la posibilidad de aprender y estudiar, el cual es dirigido por Perla Adilene Torres Méndez, asistente educativa.
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Ahí, ella ha sido la maestra de niñas y niños, a quienes ha enseñado a leer y escribir, grafomotricidad (que busca completar y potenciar el desarrollo sicomotor) y hasta Matemáticas.
En entrevista con EL UNIVERSAL , Perla explicó que se planteó crear un espacio dentro del albergue exclusivo para las y los menores, y señaló la importancia de evaluar los rezagos educativos de cada uno. Dijo que a raíz de que muchos de los niños han pasado sus últimos años migrando junto con sus padres, algunos no saben leer o escribir, por lo cual se empieza desde cero en las clases que se ofrecen.
“En realidad los niños de preescolar vienen en ceros. No los llevaron a la escuela, no las conocen, y los que cursan los primeros años de primaria vienen con un recuerdo de lo que era la escuela en su país.
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“Aquí se les vuelve a dar información, conocimiento y aprendizaje, y es como ellos vuelven a tener interés por aprender”, aseguró.
La maestra Perla explicó que los menores de entre siete y 12 años son los que mayor rezago educativo presentan, y afirmó que han llegado con ella niños de 12 años que no saben leer.
Clases para todas las edades
Actualmente, las clases se dividen en dos grupos: los niños y niñas más chicos, de cuatro a seis años, aprenden las primeras letras y ejercicios de coordinación motriz, puesto que se busca despertar en ellos el interés educativo.
A los de siete a nueve años se les enseña Matemáticas, Habilidades del Pensamiento y Lectura, entre otras materias.
“Los papás están muy contentos, al igual que los niños, que son los más felices. Este es un espacio dedicado a ellos; se sienten realmente en una escuela. Ellos [los niños migrantes] la ven como la escuelita del Kiki”, comentó la maestra Perla.
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Sobre su experiencia, dijo: “Yo estoy muy feliz. No es una escuela sistematizada, pero es una regularización educativa (...), darles un poco de distracción a los niños, o poder darles y ofrecer conocimiento, me hace totalmente feliz. Siguen siendo niños, personitas con sueños que tienen que aprender”, agregó.
Este programa educativo dentro del albergue inició en octubre de 2021 y desde entonces ha recibido a 470 menores de varias nacionalidades.
Actualmente, atiende a 22 niños y niñas desde cuatro y hasta 12 años de edad; en su mayoría, originarios de Honduras, Guatemala y Haití.
Buscan instalar una biblioteca
La Dirección de Derechos Humanos del municipio busca crear una biblioteca dentro del albergue para uso de los migrantes que llegan al lugar.
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Santiago González Reyes, titular de la dependencia y encargado del albergue, comentó que se está cerca de llegar a la meta de 5 mil libros donados y que serán destinados al proyecto de la biblioteca para migrantes.