Cuernavaca.—La historia de los hermanos Rudy Anoldo y Luis Arturo González Huite en su camino hacia Estados Unidos comenzó a finales de mayo pasado, cuando decidieron partir de Jalapa, Guatemala, con sus hijos Byron Amilcar, de 17 años, y Cristian Iban, de 10. La meta era llegar en julio a la Unión Americana, donde los esperaban sus familiares.
Pero la travesía tuvo consecuencias fatales porque el cadáver de Rudy Arnoldo fue encontrado degollado en el municipio de Ocuituco, Morelos, y en uno de sus brazos estaba el cuerpo de su hijo Christian con lesiones en la garganta por arma punzocortante.
El caso se difundió el pasado 6 de julio, cuando las autoridades levantaron el cadáver en ese municipio, situado a las faldas del Popocatépetl, e inicialmente la Comisión de los Derechos Humanos de Morelos declaró que los cuatro integrantes fueron abandonados por un traficante de personas en Veracruz y después traídos a Morelos, pero el fiscal regional de la Zona Oriente, Alejandro Chávez Carmona, aclaró que el grupo fue abandonado en Jalisco.
La versión del fiscal regional es que el pollero dejó a los hermanos y a los niños ante los operativos de vigilancia en la entidad, debido a la fuerte presencia de grupos criminales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, y por el tráfico de migrantes.
Presuntamente, los centroamericanos contactaron a otro traficante de personas que los esperaría en el municipio de Tepetlixpla, Estado de México, sitio donde fueron privados de su libertad.
Ahí, según lo expuesto por la Fiscalía General del Estado (FGE), el pasado 23 de junio las cuatro víctimas quedaron de verse con Javier “N”, su pollero, pero el 1 de julio pasado los familiares con residencia en Estados Unidos recibieron llamadas telefónicas en la que presuntos integrantes de Los Zetas pedían 12 mil dólares para dejar en libertad a los hermanos guatemaltecos y a sus hijos.
La versión de la solicitud del rescate fue confirmada por las autoridades locales; sin embargo, nunca se identificó el grupo criminal que supuestamente estaba detrás de la operación.
En los hechos, los dos adultos y sus hijos fueron retenidos en un domicilio de Tepetlixpa y, de acuerdo con las investigaciones de la FGE, los autores materiales del ilícito fueron Javier “N”, de 42 años; Guadalupe “N”, de 39, y Telésforo “N”, de 44, los dos primeros de Tepetlixpa y el tercero de Ocuituco, Morelos.
Los familiares de los centroamericanos reunieron 8 mil dólares, cobrados por distintas personas en varios estado del país, principalmente en Morelos, y hasta el 5 de julio las víctimas fueron sacadas del domicilio en cautiverio. En el último pago no hubo más comunicación con los secuestradores, citan las investigaciones.
Los presuntos responsables llevaron a Luis Arturo y a su hijo Byron a una zona boscosa en Amecameca, Estado de México, a 14 kilómetros de distancia de Tepetlixpa, donde los lesionaron con un arma blanca en la garganta y fueron abandonados.
La autoridad mexiquense los localizó con vida. Rudy y su hijo fueron llevados hasta Ocuituco, a unos 38 kilómetros de distancia de Tepetlixpla. El padre, de 35 años, perdió la vida desangrado, en tanto el menor sobrevivió. Su vida está fuera de peligro y sin consecuencias aparentes; sin embargo, continúa hospitalizado.
Tras las entrevistas con las víctimas y el trabajo coordinado entre las fiscalías estatales se ubicó el domicilio donde fueron secuestrados en la entidad mexiquense. También se detuvo a los tres presuntos implicados, quienes enfrentan acusaciones por secuestro agravado.
El cuerpo del padre fue repatriado a los tres días de su hallazgo, el resto de la familia permanece en Morelos, resguardada por la autoridad federal y local.