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Guanajuato
La pérdida de 2 mil 500 policías a causa de ceses, bajas voluntarias y asesinatos debilitó a las corporaciones de seguridad pública municipales de Guanajuato, que ahora enfrentan dificultades para construir nuevas generaciones de elementos, a pesar de ofrecer mejores sueldos y prestaciones.
Datos del gobierno del estado reflejan que por cada millón de guanajuatenses se tienen 973 policías municipales en activo y la fuerza policial se redujo en un tercio en los 46 ayuntamientos de la entidad.
Guanajuato concluyó el año más violento de su historia, en el que la delincuencia organizada se expandió y diversificó sus actividades ilícitas, predominando el robo y trasiego de combustible extraído de los ductos de Pemex, la venta de drogas y el robo al transporte de carga.
De enero a noviembre de 2018 ocurrieron 2 mil 367 homicidios dolosos, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); además, hubo 64 elementos de seguridad asesinados en ese mismo periodo, una cifra sin precedente.
El desinterés de las personas para reclutarse como policías ha llevado a los gobiernos municipales a multiplicar las prestaciones, como en el caso de Irapuato, donde les rifan terrenos para que construyan sus casas, los apoyan con la compra de vehículos, tienen acceso a dos hospitales privados y cuentan con dos seguros de vida.
A pesar de que Irapuato cuenta con los sueldos más altos, la Secretaría de Seguridad Pública municipal tiene una plantilla de 750 elementos en activo y la expectativa es llegar a por lo menos mil en los próximos tres años. Actualmente en la academia hay 36 cadetes.
Cambio de modelo
El Mando Único, creado en la administración de Miguel Márquez y que estuvo vigente hasta el 31 de diciembre pasado, desdibujó a los policías en varios municipios, pues en 16 ciudades los elementos salieron de las corporaciones o se les asignó tareas ajenas a la seguridad, reconoció el diputado panista José Guadalupe Vera Hernández, integrante del Consejo de Seguridad del estado.
El legislador señaló que ante el déficit de agentes municipales, el gobierno estatal busca hacer llamativa la función policial con un sueldo más atractivo, de mínimo 14 mil pesos al mes, y la posibilidad de ganar hasta 40 mil.
Durante la primera semana de diciembre, en la presentación de la Preparatoria Militarizada en Irapuato y León, el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, reveló que de los 8 mil 500 elementos de policías municipales que se tenían en 2012, ahora sólo se cuenta con 5 mil 700.
El mandatario reconoció en esa ocasión que el desafío de su gobierno en seguridad es el fortalecimiento de las policías municipales. Por ello, presupuestó una bolsa de 600 millones de pesos para invertir en equipamiento, protección, capacitación y dignificación salarial de los agentes municipales.
Salarios y capacitación
De los 46 municipios de la entidad, Irapuato es donde los uniformados reciben mejores sueldos, puesto que un policía raso percibe 15 mil pesos netos; en contraste, en Cuerámaro, Huanímaro, Doctor Mora, Santa Catarina y Jaral del Progreso, los agentes perciben de 4 mil 500 a 4 mil 900 pesos y carecen de seguridad social.
El presidente municipal de Irapuato, Ricardo Ortiz (PAN), aseguró que “con un buen sueldo la gente se queda. De hecho, han venido de otras corporaciones a inscribirse con nosotros. Desde el año pasado el policía raso gana 15 mil pesos y el sueldo va subiendo conforme al escalafón, hasta oficiales”.
En tanto, el ayuntamiento de León anunció que revisará el esquema de reclutamiento de policías con el fin de alcanzar una base de 2 mil 700 elementos en el periodo de la actual administración de 2018-2021.
León cuenta con mil 400 elementos y el objetivo es lograr la formación y contratación de mil 300 más. Sin embargo, se reservó el dato de los cadetes en formación de la Academia Metropolitana.
Alto riesgo
La fuerza policial municipal se vio disminuida por los despidos de elementos que reprobaron los exámenes de control y confianza, por la carga de presión, jornadas excesivas y los homicidios de oficiales.
De enero a noviembre de 2018, 64 elementos de Seguridad Pública —entre policías municipales, agentes de Investigación Criminal y elementos de las Fuerzas del Estado— fueron asesinados en ataques directos, emboscadas y agresiones dentro de sus domicilios.
La cifra de 2018 supera por mucho a la que se presentó en años anteriores. En 2017 perdieron la vida de manera violenta sólo 10 oficiales, mientras que en 2016 fueron 12 uniformados abatidos.
El Congreso del estado, en un afán por inhibir los ataques a oficiales, en abril pasado elevó a 60 años de prisión el castigo para los homicidas de policías, elementos de Seguridad Pública, procuración de justicia, agentes investigadores, jueces y sus familiares.
A más de ocho meses de que se agravó el castigo, de poco ha servido porque siguen los ataques contra agentes. En diciembre pasado fue asesinado a tiros un comandante de la Agencia de Investigación Criminal y dos policías municipales, en Irapuato y en Silao.
Las condiciones
En el Congreso de Guanajuato, el diputado priísta Héctor Hugo Varela Flores urgió a dignificar las condiciones de los policías municipales, quienes son sometidos a turnos laborales de 48 a 72 horas ininterrumpidas por falta de personal.
El legislador afirmó que a las corporaciones municipales se les debe dotar de infraestructura tecnológica, equipamiento, una adecuada capacitación y formación.
Jéssica Vega, investigadora en Seguridad Pública de la Universidad de Guanajuato, indicó que condiciones como las jornadas de trabajo de 24 horas laborales por 24 horas de descanso, también pueden ser un factor por el que busquen su baja. A esto se suma lo que denuncia la organización Causa Común: que son despedidos por no aprobar los exámenes de control y confianza.
Al respecto, la comisionada de la Unidad de Análisis y Estrategia de Seguridad Ciudadana, Sophia Huett López, afirmó que hay muchas causas por las que los policías se van: “Hay desde el que entró porque no encontró otra chamba y cuando se hizo policía se dio cuenta de que no era lo que creía; y existe al que no le gustó la presión”. Agregó que “no se pueden sacar policías de la nada”, que se requiere un proceso de formación. “La cuestión de ser policías es la vocación”.
“La labor del policía es muy compleja, pues ellos trabajan con la sensibilidad de las personas, hasta con su estado de humor y además la sociedad no ha aprendido a ver en la policía a un aliado, sino a un enemigo con el que incluso a veces es hasta grosera”, dijo.