En el marco de los 50 años de la masacre estudiantil de Tlatelolco y luego de que el gobierno de la Ciudad de México retiró de las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro las placas alusivas al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, el rechazo a la figura de este ex mandatario va en aumento en al menos 10 estados.
En Nuevo León, con picos y mazos, académicos y activistas del movimiento estudiantil se ofrecieron para demoler una gigantesca estatua de ocho metros de Díaz Ordaz, ubicada en en el municipio de Linares desde 1969.
Entregaron la petición por escrito al alcalde Fernando Adame, junto con dos picos para que se usen en su momento para demoler la escultura, y externaron su disposición de trabajar como voluntarios en esa tarea.
A su vez, en Hidalgo, Víctor Guerrero, diputado local de Morena, propuso que en esta entidad se declare como personas non gratas, a los ex presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, además del ex gobernador hidalguense, Alfonso Corona del Rosal, quien era regente de la CDMX, y que sus nombres sean retirados de los lugares públicos.
En Jalisco, 30 universitarios solicitarán a los ayuntamientos de Guadalajara y Tlaquepaque retirar el nombre de Marcelino García Barragán a un bulevar, pues fue secretario de la Defensa Nacional (Sedena) cuando gobernó Díaz Ordaz
Estas peticiones se repiten en Chihuahua y Baja California (bulevares), Guanajuato (avenida en Irapuato), Coahuila (anillo periférico de Saltillo), Puebla (estatua en Ciudad Serdán), San Luis Potosí (placas en la universidad estatal) y Tamaulipas (municipio Díaz Ordaz).