Más Información
Culiacán.- En tribuna, la presidenta de la Comisión de Equidad, Genero y Familia del Parlamento Infantil , la menor Emili Gutiérrez Mayorquín, reprochó que en México nunca se ha tenido una mujer como presidenta de la República, pese a que se tiene diputadas federales y senadoras con suficientes estudios.
Durante la sesión solemne del Congreso del Estado , observó que la niñez es una plastilina que puede ser moldeada por los maestros , a fin de recibir una educación más incluyente, en la que se inculque la igualdad entre ambos sexos.
La diputada infantil puntualizó que la equidad de género ha sido una larga lucha por desterrar los estereotipos, en los que se ve a las mujeres como objetos sin derechos y relegadas a segundo término.
Gutiérrez Mayorquín cito que existen casos que en igualdad de formación académica, conocimientos y experiencia, las mujeres son relegadas a ocupar cargos importantes en el medio empresarial, bajo el criterio de los embarazos y las cargas de sus hogares.
La diputada infantil comentó que en algunas zonas, los padres ven a sus hijas como una mercancía de intercambio por algún animal, lo cual es inadmisible, puesto que tienen los mismos derechos que los hombres.
En su ponencia en tribuna, la presidenta de la Comisión de Democracia y Valores del Parlamento Infantil, diputada María Fernanda Cháidez Pelayo, dijo que en lugar de culpar a las redes sociales y a las nuevas tecnologías por la falta de respeto de los hijos, los padres deben limitarles su uso.
La pequeña diputada, representante del XIII Distrito Electoral, advirtió que es importante rescatar los valores y el respeto, los cuales se siguen perdiendo con mayor velocidad por la saturación de información y el comportamiento social.
María Fernanda puntualizó que el hecho que los niños se refugien en las redes sociales se alejan de los escenarios sociales, por lo que se vuelven agresivos e irrespetuosos, puesto que sienten que en este ambiente son ganadores.
Subrayó que el escenario de inseguridad que se presenta, no sólo en las calles, sino en los propios hogares, plantea temor por la vida y las pertenencias, por lo que surgen los cuestionamientos sobre el papel de la autoridad.
afcl
