Hermosillo.—“¿Quién va a cuidar de la viejita? Ma, yo siempre te voy a cuidar”, eran las palabras de Víctor Hugo, de 35 años, quien fue encontrado en una casa abandonada de la colonia San Bosco, al poniente de esta ciudad, por la mujer a la que, dijo, siempre procuraría.
Víctor Hugo González Mungarro desapareció el pasado 1 de abril en el mismo sector donde se le encontró.
Enedina, entre lágrimas, recordó que el día que desapareció Víctor andaba acompañado de su hermano menor.
Iban a reparar un celular cuando se encontraron con unas personas con las que Víctor se fue a ese domicilio y ya no regresó.
También señaló que pasados 20 minutos, su hermano vio a uno de los sujetos con los que se fue Víctor, así que preguntó por él, pero no obtuvo dato alguno.
Enedina rememoró que su hijo tenía problemas de adicción a las drogas y en más de dos ocasiones intentó rehabilitarlo en centros de internamiento, pero volvía a recaer. Supone que se lo llevaron personas involucradas con el crimen organizado.
Ante esta situación, la familia empezó a buscarlo casa por casa, tocó puertas de los vecinos, pero nadie lo había visto.
Asimismo, Enedina reportó la desaparición ante la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) un par de veces sin obtener una respuesta.
Esto la orilló a unirse al colectivo Buscadoras por la Paz y después de cinco meses encontraron a su hijo en el pasillo de una casa abandonada que se usó como “tiradero” de drogas.
Comenta que su corazón de madre le decía que su hijo estaba ahí. En más de una ocasión solicitó un cateo al domicilio ante la fiscalía, pero no le hicieron caso. La noche del 14 de septiembre, el colectivo la acompañó en la búsqueda y ahí lo encontró; lo reconoció por unos tenis que salían cuando estaban escarbando.
Dieron aviso a la fiscalía para que peritos hicieran el trabajo de levantamiento del cuerpo. El área fue acordonada y por la tarde del 15 de septiembre, aún no se emitía una orden de cateo para ingresar al domicilio.
Enedina sufrió otra tragedia. Mientras el área estaba custodiada y la fiscalía no daba la orden de cateo, los perros olisqueaban y mordían los restos de su hijo.
En tanto, la fiscalía de Sonora comunicó que, en apoyo al colectivo Buscadoras por la Paz, quienes realizaron la exploración en un domicilio deshabitado en la colonia San Bosco, en donde se hallaron los restos óseos de una persona, personal de la dependencia realizó la gestión judicial para proceder con la extracción legal de los mismos y así establecer la identidad del cuerpo.
Al recibir el aviso sobre el hallazgo, el personal de la FGJE gestionó la orden de cateo para que fuera emitida por el juez y así ingresar legalmente al sitio a hacer el levantamiento de la escena y recuperar la osamenta.
Los restos de la víctima fueron trasladados al Laboratorio de Inteligencia Científica Forense (CIF) de la FGJE, con el propósito de que se le realicen las pruebas de perfil y comparativa genética para determinar su identidad.