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Rarámuris se reinventan ante crisis por coronavirus

Unos dejan la sierra para buscar trabajo y otros dan giro a sus artesanías

Un grupo de 30 mujeres indígenas elabora cubrebocas totalmente a mano y bajo la sombra de los pinos que visten el exterior de la iglesia que se construye en la comunidad de Mogótavo. Foto: IBETH MANCINAS. EL UNIVERSAL
01/07/2020 |01:23Ibeth Mancinas |
Redacción El Universal
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Chihuahua.— Generación tras generación, familias de la sierra del estado han dedicado su vida a la elaboración de artesanías que venden al turismo y, aunque están acostumbradas a las épocas difíciles, nunca habían enfrentado una realidad como la provocada por el Covid-19.

El turismo se esfumó. El Parque de Aventura Barrancas del Cobre, que recibe a más de 120 mil visitantes al año, apenas ha tenido unos 20 mil en lo que va de 2020.

Ante el adverso panorama, algunos pobladores comenzaron a emplearse de jornaleros en otros municipios o estados. Los artesanos decidieron emplear sus conocimientos en confección para elaborar cubrebocas con diseños y telas usados en su vestimenta típica.

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Tal es el caso de un grupo de 30 mujeres rarámuris que habitan en Mogótavo, Urique, el cual se reúne una vez por semana a presentar avances y coser cubrebocas que, posteriormente, son vendidos a través de redes sociales o en tiendas de artesanías de la ciudad.

Rosario Batista Gutiérrez, artesana de Mogótavo, ubicado a unos 3 kilómetros de terracería del Divisadero Barrancas del Cobre, explicó que después de que llegó el coronavirus, las mujeres de la comunidad empezaron a hacer cubrebocas.

“Nosotros tenemos un local en el teleférico, pero no estamos yendo a vender artesanía porque ahorita no hay turistas”, comentó, al tiempo que invitó a comprar sus productos y cubrebocas en la página de Facebook Mukí Súmi.

Bertha Cruz Moreno, integrante de Mukí Súmi, comentó que lleva más de 15 años elaborando artesanías, puesto que fue su madre quien le enseñó el oficio de coser sus faldas y tejer con palma, por lo que ella también capacita a sus hijas.

Dijo que gracias a los cubrebocas han podido comprar comida.

Las piezas que fabrican cuestan entre 35 y 40 pesos, dependiendo del estampado, y la elaboración de las mismas les lleva hasta tres horas, dependiendo de la habilidad de la costurera. El trabajo se hace a mano y bajo la sombra de los pinos que visten el exterior de la iglesia que se construye en la comunidad.

El 15 de junio, las autoridades sanitarias de la entidad anunciaron la reapertura hasta en 50% de las actividades turísticas, al pasar del semáforo rojo al naranja.

Sin embargo, la afluencia de turistas sigue muy por debajo de lo acostumbrado, al igual que la presencia de los artesanos.

De acuerdo con información proporcionada por la gerente General del Parque de Aventura Barrancas del Cobre, a pesar de la reapertura parcial, la mayoría de los artesanos no ha regresado a ocupar los espacios para venta que tienen asignados en la plaza, puesto que muchos de ellos salieron a buscar otros trabajos para afrontar la crisis.

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