Hermosillo.— Con dolor y coraje, Valeria enfrenta el asesinato de su hija Karina Guadalupe Badilla Castro, cuyo cuerpo fue encontrado desnudo en un basurero clandestino de la capital de Sonora. “Quiero verle la cara al perro”, exclama con furia y lágrimas.
Exige justicia, como madre de la joven de 23 años y abuela de sus dos niños, de seis y tres años, que quedaron huérfanos.
“Exijo justicia para mi hija, que detengan al culpable, que lo hagan pagar, que me lo pongan enfrente cuando lo encuentren. Quiero verle la cara al perro ese, que no quede impune esto. Si no lo atrapan puede seguir haciéndole daño a otra muchachita, como se lo hizo a mi hija”.
En la humilde vivienda de dos pequeños cuartos construidos de block y la cual tiene una hornilla en el patio donde se cocinan alimentos, se respira tristeza.
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Adentro, en una mesa están dos arreglos florales y una fotografía de la joven que el sábado por la noche salió a una fiesta y a las 5:40 horas del domingo 22 de noviembre pidió un servicio de taxi de plataforma para volver a casa, pero no llegó.
Valeria recuerda las horas inciertas en las que la buscó por todas partes, con las amigas y en hospitales. Quiso reportarla como desaparecida, pero le dieron un plazo de 72 horas.
Insistía en las llamadas a la fiscalía; en cada una le pedían señas particulares: “Sabían que la tenían, pero no me decían. Fue encontrada el domingo por la tarde y me la entregaron hasta la mañana del miércoles”, reclama.
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“Mi hija tenía tatuados los nombres de sus hijos en los brazos y detrás de la oreja tenía una llave musical, no me gustaba que se marcara el cuerpo, pero si no hubiera sido por eso no la hubiera reconocido de como me la dejaron”, comenta sollozando.
“No se merecía esto, ella tenía tres semanas con un nuevo trabajo en una compañía de teléfonos, estaba muy contenta porque había apartado los regalos de Navidad de sus niños”, dice enjugándose las lágrimas.
Ahora enfrenta otro problema: en el imprevisto sepelio, la funeraria le informó que el monto por el servicio de cuatro horas era de 9 mil pesos. No sabe si alguien lo pagó porque no ha tenido cabeza para averiguarlo, pero —además— no tiene dinero.
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Los familiares han elevado la voz a través de la cuenta de Facebook Justicia Karina, en la que se narra el asesinato con brutal ferocidad que se perpetró contra la joven que fue desfigurada de su rostro, golpeada en la cabeza, violada y ahorcada.
“¡Pena de muerte para el asesino!”, exige la madre.
De acuerdo con las autoridades, la causa de la muerte de Karina fue asfixia por sofocamiento. Su cuerpo fue encontrado a las 18:00 horas del domingo, entre basura y maleza, en la colonia Quinta Esmeralda.
La señora Valeria aún está esperando que personal de la fiscalía le muestre indicios de que está investigando el caso de su hija, quien el próximo 11 de diciembre cumpliría años.
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La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) informó que elementos de Seguridad Pública Municipal y personal de Servicios Periciales y Medicina Legal de la FGJE trabajan en el caso.
El caso de Karina no es el único que en estos días conmueve a Sonora: del sábado al jueves, otras seis mujeres fueron encontradas muertas en el estado.
El mismo domingo, Anahí, de 19 años de edad y con 36 semanas de embarazo, fue asesinada por su pareja sentimental.
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Estaba a punto de dar a luz a una niña, quien también perdió la vida. Ese mismo día, en Ciudad Obregón, Karolina Ayala, de 20 años, quien había desaparecido un día antes cuando salió a trabajar, fue localizada sin vida.
El sábado, el colectivo de las Rastreadoras de Ciudad Obregón encontraron seis cuerpos en un predio. Dos eran mujeres. El lunes hallaron a una más.